LA VIDA: El por qué y para qué vivirla…?

Como “nadie vive dentro de nadie” es imposible saber cuántos se han hecho o hacen esta pregunta u otras parecidas; puesto que la vida se mantiene en una ilusión o serie de ilusiones y cuando éstas faltan, vienen las terribles preguntas y las más terribles deducciones, por lo que se necesita bastante entereza para poder ir caminando cuando se llega a… “estos desiertos”.
Un Premio Nobel de la cultura hindú escribió: “La vida, aún triste, merece ser vivida”, porque la vida es un regalo para agradecer y disfrutar. Cada vez que te niegas a recordar esto, tu felicidad disminuye y tu calidad de vida se resiente”. (Rabindranath Tagore).
Pero sin necesidad de consejos, es “la vida” cualquier tipo de vida manifestada en este planeta; la que por sí misma, “por su propia fuerza”, se resiste a morir y se defiende por sí misma con todas sus fuerzas; y esto lo podemos observar desde en cualquier animal por insignificante que sea, hasta en los más insignificantes “seres” vegetales, que mientras mantengan una mínima raíz luchan por salir adelante y llegar a la plenitud que les marque su especie.
En el ser humano generalmente ocurre lo mismo y por miserable que sea su situación, cada individuo se aferra “a su vida” y si pudiera se eternizaría en ella; dándose la paradoja de que cuanto más “atrasadas” son las tribus, más desconocido es el suicidio; el que por el contrario abunda cada vez más “en la sociedad opulenta”; dándose la triste realidad que en Japón que es de los países más adelantados, más civilizados y mejor organizados, sin embargo el suicidio ya es una plaga y en los jóvenes, es que se llegan a reunir en grupo para “irse de este perro mundo como una última reunión de amigos… hastiados de tanto adelanto tecnológico” (supongo).
La realidad del momento en que vivimos, es la siguiente:
“Cada 40 segundos una persona se suicida en el mundo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicaba esta semana su primer informe sobre el asunto, aunque lleva años ocupándose de lo que considera “un problema mayor de salud pública”. Según sus datos, más de 800.000 personas se suicidan anualmente y se estima que por cada una que lo consigue hay al menos otras 20 que lo intentan. La cifra global supera el conjunto de las víctimas anuales de homicidio, en torno a 500.000, de las 200.000 que mueren a causa de algún conflicto bélico o de las fallecidas por un desastre natural. La OMS es consciente de que los casos que quedan ocultos superan con creces la tragedia que refleja su informe”.
A la vista de ello… Se deduce claramente que es la peor plaga que soporta la humanidad y es por tanto peor que la guerra, las epidemias múltiples con las que nos andan asustando los que nos quieren mantener en un miedo constante y los que emplean sin piedad alguna, hasta “el coco del terrorismo y el fanatismo religioso”, como lo peor que tenemos en el planeta; y no, el enemigo número uno para la vida del ser humano y su conjunto en la Tierra… es el suicidio; o sea y más claro, es el individuo que por sí mismo se quiere quitar de en medio y se quitan muchos de ellos como ha quedado claro por el informe citado.
Puede que “ese coco” aparezca a lo largo de la vida, por la cabeza de todos o de la mayoría de “los bichos humanos” (no del resto de los bichos vivientes y por lo que arriba digo) pero conviene analizar que en filosofía profunda, el suicidio es el acto de mayor cobardía que el ser humano puede realizar y por tanto es el peor de los crímenes que puede cometer; por tanto habría que enseñar todo ello y razonándolo desde esa edad en que ya ese ser humano empieza a enfrentarse a la vida.
Esta plaga como todas las demás, son debidas a la carencia de enseñanza, de verdadera enseñanza humana, que enseñe al ser humano que la vida no es “un camino de rosas” y que a lo largo de la misma, hay que enfrentarse a situaciones de todo tipo y condición, algunas horriblemente repelentes, pero las que hay que aguantar por aquello tan religioso, que afirma el que “la divinidad no envía cargas que no puedan ser soportadas… y que cuando las envía es por cuanto las merecemos o necesitamos para nuestro propio fortalecimiento”.
Lo que desde luego ha resultado pernicioso, es crear una vida en que todo se ha presentado fácil y de absoluto derecho a disfrutar todo y sin apenas esfuerzo alguno; la degeneración ha sido el fruto y a la vista están los resultados.
En esta vida… “Lo que más cuesta es lo que mejor sabe” y hay que enseñar y aprender, que ello hay que obtenerlo con cierta dignidad, puesto que todo ello ayuda a vivir y a soportar la propia vida.

Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
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