IMPUESTOS: IRPF Y LA MEMORIA HISTÓRICA

Los políticos que “heredaron a Franco” y que hoy viven opíparamente (entre ellos el indeseable José Luís Rodríguez Zapatero , quién con “su” memoria histórica, quiso colocarnos en una especie de “pre o pos guerra civil con todos sus horrores” (maldito sea)… sólo se refieren a la época de Franco, para recordarnos todo cuanto pasamos muchos (yo entre ellos) consecuentemente a aquellos terribles hechos; pero nadie de estos “muy aprovechados políticos”, habla que la consecuencia y los orígenes de todos aquellos horrores, no fueron debidos a un general, que “se metió” en el fregado, ya iniciado este y por imperativo de muchas realidades, que hay que analizar fríamente (“con frialdad polar”) para tratar de entenderlas y colocar a cada cual en el lugar que le corresponde. Y los orígenes de todo aquello, no fueron otros, que los desastres económicos y sociales, que ocasionaron unos malísimos políticos, los que como hoy, no sabiendo gobernar equitativamente, llevaron a aquellos españoles, al horroroso callejón sin salida que fue una guerra civil, que dejó asolada España, aparte de bloqueada internacionalmente por cuanto “la política internacional” de entonces, así aconsejaba a los que en guerra ya, con “los fascismos europeos”, metieron en el saco a Franco y sus victorias; pese a que fue Franco… “el primero que supo derrotar a la hoz y el martillo de la URSS, aquí en Europa, cosa de la que nadie hoy quiere hablar”.
Partiendo de aquella desolada y desertizada España de 1939, donde muchos morirían de hambre, puesto que… “no pudieron ni comer mier**” (tales fueron las penurias y hambrunas) otros muchos e indebidamente, “murieron mucho más rápido por la vía del juicio sumarísimo y el paredón de fusilamiento”… los que sobrevivieron o sobrevivimos, muchos sin llegar a conocer escuela pública ni enseñanza de ningún tipo (niños de siete años ya tuvieron que trabajar, simplemente por comer y dormir bajo techado)… tuvimos que atravesar aquellos terribles desiertos, sin guía ninguno; o sea mucho peor que los del “Éxodo que condujo Moisés según el Libro”; y así pudimos soportar “la mitad de la dictadura de Franco”; pero “algo se iba cociendo en todo aquel tiempo que llegados a la década de los cincuenta (en 1952 desaparecen las cartillas de racionamiento, que racionaron hasta los gramos de aquel mal pan que hubimos de comer) se empezó a notar positivamente”. Entonces entró la segunda época del dictador, en la que las abundancias llegaron a ser tantas, que cuando muere Franco (1975) deja a España, con doble población de la que tenía cuando “él la militarizó”; y en general a todos nos dejó, ricos, acomodados y sin problemas económicos o sociales; o los que había pasaban desapercibidos debido a las abundancias, puesto que ya los cubos de basura, “cada noche contenían alimentos suficientes para alimentar a otra media España o más”; lamentablemente en lo intelectual, Franco nos dejó, “tan españoles como siempre”; o sea con los ancestrales retrasos que siempre ha habido en esta pobre tierra, de egoísmos, orgullos, necios y demás analfabestias, que por ello mismo ni progresó como debiera, ni lo ha hecho en la época posterior; y a la vista está.
Pero a lo que voy… ¿Cómo en un país tan devastado y sin casi pagar impuestos se pudo acumular la riqueza que se acumuló para dejarnos pertrechados como para un verdadero salto adelante, si de verdad hubiésemos llegado a una democracia limpia y por tanto digna de denominarse así y no en el nuevo caudillaje y bandidajes que hemos padecido? Es una realidad que podemos atestiguar quienes la hemos vivido, pero que las nuevas generaciones (las nacidas a partir de 1960) ignoran y que los denominados intelectuales (escribidores, escribientes, escritores y poetas, amén de historiadores) han ignorado, o mucho peor aún, que han sido bloqueados por las nuevas camarillas que llegaron tras de Franco, simplemente a “comerse o merendarse todo cuanto de valor crematístico dejó el dictador, que desde luego de ladrón y otros vicios, no tuvo nada”.
Y es que es inexplicable, que pagando impuesto ridículos, con una burocracia y enchufados al dinero público, que aunque abundantes no llegaron ni por asomo, a “la sanguijuela nacional que hoy nos ha devorado”, se pudiese haber reconstruido un muy extenso país europeo (España es el tercero en extensión de los de Europa) y sin recurrir a la deuda pública, que en el período de Franco, fue cero o quizá con superávit, debido a las reservas de oro y valores que al morir dejó el dictador en el Banco de España.
Como prueba del expolio que soportamos y seguimos soportando, sirvan dos testigos (el resto imagíneselos el lector); dos recibos de contribución urbana, uno de una casita familiar en un modesto barrio de mi ciudad natal (Jaén); le hacen pagar en 2013 la cantidad 123,60 euros; y en el 2014 le cargan 313,73 euros (corresponden ambos al primer semestre anual, por tanto tuvieron que pagar el segundo en su momento). El segundo testigo corresponde a igual tributo pero de un local comercial, que en 1992 pagó 9.297 pesetas, equivalentes a 55,60 euros y el que ya en 2012 le hacen pagar al indefenso propietario, la inexplicable cantidad de 1.129,35 euros, equivalentes a 187.843 pesetas; aparte de las subidas posteriores, este año el ayuntamiento carga un diez por ciento (o más) de una nueva subida. No olvidemos que ya soportamos una deuda pública que rebasa el billón (con “b” de bestialidad) de euros; invito a un economista o incluso a un premio Nobel de economía a que nos justifique ello.
También y como ahora en Junio; “nos obligan a pagar” el impuesto de la renta y el también ya confiscatorio del “patrimonio”; imagine el lector, el grado de indignación de los “siervos españoles, contra unos gobiernos como los que nos han explotado y siguen explotándonos de tal manera, mientras “los grandes no pagan o pagan miserias comparativamente hablando”.

Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
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