Roma y “la Roma del siglo XXI”

En uno de mis recientes artículos, decía que habíamos entrado en una nueva edad media o “Medioevo”; hoy me atrevo a decir que en realidad, retrocedemos mucho más en el tiempo y si bien con otros medios, pero “estamos ya instalados en la decadencia de la antigua Roma y su imperio; y cuando aquellos antiguos bárbaros, se preparaban para apoderarse del imperio e ir entrando (o metiendo) en las obscuridades de aquel Medievo que duró un milenio o más”.
Ahora como en aquellos tiempos, la corrupción lo inunda todo, el ser humano se valora menos que “el cordero que se degüella para comerlo después”; el dinero lo invade todo y es de nuevo “el dios de todos los tiempos”; las modas extravagantes se suceden como “las Lunas en el calendario”; nadie parece estar satisfecho de nada, unos con sus excesivas riquezas, otros por todo lo contrario, sus perniciosas pobrezas. Las comidas las han revolucionado de tal manera, que ya no son ni por asomo, las ancestrales y sanas comidas de nuestros abuelos; insaciablemente se innova (si es que eso es innovar y no degenerar) en lo que ya son aberraciones, de mezclas de sabores y cada cual quiere destacar sorprendiendo con muchas chuminadas, el paladar de los imbéciles, que por no discutir ello siguen la marcha y presumen de ser degustadores de platos, que lo mejor que se haría, es tirárselos a la cabeza del autor. A los vinos e incluso a los aceites, se les asimilan “aromas y sabores” inimaginables, cuando simplemente con la calificación de “buenos o malos” bastaría, puesto que el vino es vino si lo es, e igualmente así es el aceite. Hoy y mucho más que antes, como llegan productos de todo el mundo, las mezclas pueden ser interminables… “incluso las drogas sintéticas y muchas veces mortales, los idiotas las consumen por simple recomendación de otros idiotas que las han consumido porque les han dicho que con ese consumo e incluso mezclándolas, serán superhombres o supermujeres con tan sorprendentes ardores sexuales, que gozarán mucho más que los faunos, hetairas y ninfas de las fábulas de todos los tiempos… pobres criaturas.
La realidad es que todos estos imbéciles, huyen de sus miserias, o miserable situación de la pobreza máxima que padecen, puesto que se puede ser el más pobre de todos, siendo el más rico (en materia) de todos y por aquello de la terrible sentencia anónima y que algún sabio pronunció en algún momento de desesperación sufrido en un instante “del tiempo y del espacio”, en el que gritó a todo el universo lo que sigue… “Era tan pobre, tan pobre que sólo tenía… dinero”.
Por el borreguismo logrado por los que dicen dirigir al mundo, se han creado multitud de “ídolos de barro”, a los que se les dedican inmensas cantidades de dinero, que lo que logra es una mayor destrucción, de los ilusos que aspiran a ese falso olimpo, donde solo llegan algunos “diosecillos” de los que señalo y todo ello lo demuestra, lo que sigue y que copio; que el inteligente con su simple deducción puede ampliar a toda la realidad que su caletre le pueda llevar.
¿Cómo conseguir una entrada para la final de Milán? Sólo 21.000 por equipo y unos 2.200 euros ya en reventa.http://vozpopuli.com/deportes/81252-como-conseguir-una-entrada-para-la-final-de-milan-solo-21-000-por-equipo-y-unos-2-200-euros-ya-en-reventa
La final de la Champions League ya está decidida: Real Madrid y Atlético de Madrid se enfrentarán en el estadio milanés de San Siro el próximo 28 de mayo y ahora llega la tarea más difícil para los seguidores de ambos equipos: conseguir una entrada sin perder los nervios (y el sueldo de un mes de trabajo) por el camino. El baile de cifras, por ello, empieza a ser mareante. Ticketbis.com, plataforma de compra y venta de entradas entre particulares, ha analizado el precio medio de las entradas vendidas en su web para las finales de Champions League desde 2012 y las cifras son claras: se han pagado, de media, 2.235 euros en los últimos cinco años. La entrada más barata para el evento en dicha web, de hecho, se vende en estos momentos a partir de 1.525 euros, pero los precios en página no dejan de fluctuar.
Como les dejo la dirección, entren en ella y lean… ¿Cuántos fenómenos similares a este se producen constantemente en este perro mundo?… e incluso en países donde la mayor parte de habitantes están en la miseria más extrema, donde el dinero se supone escasea y sin embargo es donde se consumen toneladas y toneladas de drogas.
Para mí todo esto es volver a milenios atrás, donde (sí) la gente iba a pie, con burdas sandalias de piel de perro, abarcas o montados en burro; y hoy la mayoría llevan “un aparatito” en el que se sumergen para buscar yo no sé qué y en medio de la calle, totalmente drogados por telefonines que te comunican o incomunican con ni se sabe qué, para sentir esa pasión… que yo no entiendo en absoluto. ¿Dónde estamos en realidad? Yo ya lo he dicho.

Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
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