DE LA MILENARIA HISTORIA DE MI CIUDAD HASTA EL BOCHORNOSO DÍA DE HOY
JAÉN HASTA LA MUERTE DE FRANCO:

Como mi artículo “Jaén: vieja y abandonada ciudad”, “ha armado cierto revuelo” y me han llamado quienes siguen mis artículos, interesándose por que les cuente algo de la etapa de Franco e incluso anterior a este; lo hago; y lo hago para completar lo que insinué en dicho artículo y no dije.
Esta ciudad que lo fue y es antiquísima, “su gloria” si la tuvo, acabó cuando la conquistan los romanos (entonces llevaba otro nombre), siendo la última que estos conquistan en Hispania; y como aquí los que había, demostraron “cojones” y les costó mucho trabajo el conquistarla; al hacerlo pasaron a cuchillo a los supervivientes que quisieron y una selección se la llevaron a Roma, paseándolos junto al botín por las calles de aquella Roma de dos siglos antes de Cristo, por considerar la victoria memorable y aquellos valientes que sobrevivieron, fueron vendidos como esclavos… “y aquí acaba la gloria en estos lares, que a partir de entonces simplemente pasa de dueño en dueño y así llevamos más de dos milenios”.
Cuando yo y muy niño “empiezo a ver” a este pobre Jaén, de 1945; aquí había unos pocos señoritos, junto con otros propietarios que ni siquiera vivían aquí, y los que nada hicieron porque esto fuera una verdadera capital de una provincia tan rica como Jaén; simplemente se dedicaban a “sus intereses, mantener sus privilegios y algunos que otros sus queridas y francachelas; y sobre todo, a mostrar sus más fervientes loas al que mandaba entonces (Franco), cosa esta que siempre se ha hecho aquí hasta hoy mismo, puesto que incluso los que dicen ser políticos, su afán ha sido siempre, tirar de la levita al que manda en Madrid, ahora también al que lo hace desde Sevilla; y sacarle el máximo partido a “su pelotilleo”, pero siempre en pro de “su panza y su bolsillo y de paso el de los suyos más allegados”; se desconoce que alguno se enfrentara de verdad al poder en defensa de los intereses locales o provinciales… aquí siempre… “sí boana a mandar”; que era la sumisión de los negros africanos a los colonizadores europeos.
Hace más de un siglo, hubo una excepción de visión de futuro y “alguien” ordenó el que se hiciera el “Paseo de la Estación”; que fue un bulevar imitando a los de París y donde se paseaba por el centro y se dejaban dos carriles a ambos lados, para el paso de carruajes y muy amplias aceras; en el centro se colocó la bellísima estatua o conjunto monumental de “Las batallas” (Bailén 1808 y Navas de Tolosa 1212 ) y allí se conformó una plaza, que se denominó popularmente “La guitarra”, por la forma de la misma, en la que incluso hubo una biblioteca, asientos abundantes, arbolado y en general algo a tenor con los tiempos; su decadencia fue en aumento y hoy ya vemos lo que ha quedado de ello (vías tranviarias y vete a saber “si también sobornos”), una ruina en forma de deuda impagable e inservible y; y nada digno de mención a ambas orillas, salvo “los monstruosos bloques de ladrillo y que en forma de colmenas poco aportan”, ya que hasta algún edificio notable, fue derruido y convertido en negocio “del ladrillo u ocupación política incluso robándonos jardines públicos”.
Desapareció el ferrocarril que pasaba por Jaén (era considerado como de interés militar) y el que, asómbrense ustedes, acortaba en 34 kilómetros, la distancia, Madrid-Málaga; por lo que todos los modernos trenes que hoy van a esa costa hasta Algeciras, debieran haber pasado hoy por Jaén y así revitalizar una línea, que al final ya lo sabemos, “sirve para pasear y montar en bicicleta, o para los arrullos amorosos de quienes no poseen otra cama”; lo que nos dice “lo listos y luchadores que fueron los políticos de aquí”.
En la capital hubo un solo alcalde que destacó (por ello se lo llevaron de aquí y lo nombraron gobernador de Málaga, para que arreglara allí la capital y provincia, cosa que hizo) fue un fiscal, que curiosamente se llamaba como yo incluso en su primer apellido, y nacimos en la misma calle (no era familia mía) fue. D. Antonio García Rodríguez-Acosta; el que transformó bastante bien “aquel entonces corral de vacas” (como despectivamente decían algunos de aquel triste Jaén, que seguía anclado en siglos anteriores) y el que con edictos inteligentes y de “ordeno y mando” (lo eligió Franco y no sé por qué fue así) le dio tal vuelta a Jaén, que incluso ejecutó una multa a una tía carnal, por cuanto no había cumplido con el blanqueo de los exteriores de su propiedad; y es que entonces hasta los desconchones exteriores, eran “monumentales en Jaén”; donde se dejó desaparecer aquel monumental teatro Cervantes, en el que se podían representar hasta óperas… y que por desidia “de las fuerzas vivas-muertas”, lo tiró al suelo un contratista (especulador) nacional, que nos dejó como recuerdo, ese mausoleo que es hoy ese mamotreto. Antes “nos habían robado”, los grandes solares que hoy ocupan Hacienda, una clínica y el edificio del Pósito.
Y termino aquí lo que es interminable, en este Jaén, que como yo lo bauticé… “es corto hasta de nombre”… y así sigue, siendo nosotros “las víctimas que aquí vivimos”; explotados por contribuciones y abusos municipales que nos cobran como si en vez de seguir siendo esto… “un corral de vacas… fuese una verdadera capital digna de ser reconocida como tal” y dotada de servicios dignos de ella. Y con tan largo y penoso pasado, ¿qué se puede esperar? ¡Pues lo que sigue ocurriendo, se siguen yendo los más inteligentes y valiosos y aquí queda el resto!

Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
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