Estudiantes después de “la selección”

Un año más multitud de aspirantes han pasado por las cribas de la denominada “Selectividad”. Los que han logrado pasar esta “gran barrera”, empezarán a navegar por “los procelosos mares de las universidades”, que serán como aventuras individuales y según medios de que dispongan las familias, puesto que en muchos casos no podrán estudiar donde quisieran, bien por la puntuación obtenida o lo que también es muy importante, “por el dinero de que dispongan los padres de las criaturas”, puesto que el Estado no lo proporciona todo, ni mucho menos; “las promesas constitucionales, son solo eso, promesas a cumplir y que no se cumplen, con la gratuidad prometida puesto que los administradores dicen no disponer de medios dinerarios para asumir todo lo que necesita el que de verdad estudia, para lograr lo que pretende y muchos se quedarán en el intento, puesto que “aquello de franco portes y embalajes sólo existe en el comercio de mercancías que así han sido contratadas”.
Tampoco el Estado ha sido capaz de crear facultades de enseñanza, donde los titulados en ellas, puedan con facilidad luego de logrado el título, encontrar trabajos correspondientes a lo aprendido universitariamente y luego (y no todos) han de acoplarse a trabajos mucho menos dignos, e incluso lograr estos en el extranjero, “ya que ni estos los encuentran en España”, por lo que el drama se ha hecho masivo y es de dominio público, la frustración de enormes cantidades de “titulados cuyo título no les sirve en España (que es donde se han pagado todos los gastos que conlleva el título) sencillamente por cuanto no hay huecos para acoplarlos; o sea y más claro; que prácticamente han sido engañados miserablemente, tanto al estudiante como a sus padres, progenitores o tutores, que en definitiva, han sido “los que han pagado el pato”.
Y es que es Estado, “cargado hoy en demasía de parásitos e inútiles políticos, no ha sido capaz de crear estamentos que de verdad, orienten al estudiante de lo que debe estudiar, para darle trabajo en las necesidades nacionales, de los oficios que de verdad va a necesitar la nación”; lo que ya aparte de lo costoso, es temerario por la frustración que crea en el individuo que se cree dotado, pero que la realidad la encuentra en que su dotación no tiene acoplo en su propia tierra madre y en el extranjero, también suelen estar saturados.
Por otra parte se ha publicado el que “la mayoría de empleos que hoy existen, pasadas algunas décadas, todos o casi todos habrán desaparecido y se presume en que serán sustituidos por otros de los que aún ni se tienen noticias de ello”; o sea un porvenir, más negro que “las puertas del infierno”.
Entre las hipotéticas salidas, una es la de la emigración, lo que significa que los capitales inmensos invertidos en esa juventud, que se presume es “la mejor preparada de todos los tiempos”, han sido malgastados, ya que los posibles ingresos que ello produzca, no será España la que se beneficie de ellos, sino los países donde terminen por irse a residir en ellos, o incluso finalizar sus vidas en “horizontes lejanos”.
Todo un inmenso fracaso, de unas organizaciones políticas, que se atrevieron a ir a la política, a la que fueron no para solucionar el porvenir de España, sino para vivir opíparamente del dinero público y muchos de ellos, para reunir capitales enormes al propio tiempo que se aseguraban recursos oficiales de por vida, amén de todo lo que hayan podido “derivar” en nepotes infinitos y otro tipo de allegados, puesto que aquí lo que se ha practicado ha sido “una política de saqueo o de panza y bolsillo” y ahora cuando ya está “más que arruinada la nación”, aun los que siguen mangoneando en ella, tienen la poca vergüenza y nula dignidad, de decirnos; el que caminamos hacia “el progreso”.
Esos estudiantes tampoco tienen en mayoría, la solución de “la iniciativa privada emprendiendo un pequeño negocio”; puesto que hay tantas dificultades que son incuantificables; y entre ellas, “el inmenso papeleo y la falta de ayudas en forma de préstamos (el dinero público no hay que regalarlo) a largo plazo y a un mínimo o nulo interés, para que aquellos que se arriesgan a crear nuevos negocios, lo intenten y consigan”. Hoy casi todo lo controlan las grandes organizaciones capitalistas y poco espacio dejan para los nuevos que aspiran a crear algo útil para la sociedad, creando riqueza y puestos de trabajo y aunque en ello, “se dejen el pellejo”, que es lo que muchos nos hemos dejado cuando alguna vez empezamos desde cero y logrando pasar por los infinitos obstáculos que en general es lo que crean los políticos en España… “y sálvese el que pueda y pueda demostrarlo con la verdad comprobable”.

Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
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