Educar y preparar niños para la guerra No necesito referir las atrocidades de esos jefes guerrilleros africanos, que cogiendo niños como prisioneros y mediante medios terroríficos, los obligan a emplear armas, los adiestran y los hacen cometer actos y a

Educar y preparar niños para la guerra

No necesito referir las atrocidades de esos jefes guerrilleros africanos, que cogiendo niños como prisioneros y mediante medios terroríficos, los obligan a emplear armas, los adiestran y los hacen cometer actos y asesinatos incalificables, hasta dominarlos, como un sistema nuevo de esclavitud, para la obtención de los fines que esos indeseables salvajes sin patria y menos escrúpulos, pretenden; y que no olvidemos los arman y pertrechan países que se dicen civilizados, a cambio de los servicios de rapiña que estos y los otros, pretenden; no hoy me refiero “a esos civilizados y sus antecesores”.
Recuerdo mientras escribo a, “los mamelucos y genízaros”; dicen que terribles guerreros, al pleno servicio del “sultán turco”; y los que raptados cuando niños, de los países conquistados por aquel imperio; eran convertidos en una temible fuerza militar esclavizada y convertida al islamismo de entonces; donde el sultán era “el primero o único representante de Alá en la Tierra”, al que debía obedecer ciegamente.
Recuerdo igualmente a las juventudes de Hitler, a las de Mussolini, a las de Mao y a tantas otras desgraciadas, que sucumbieron, transformadas en máquinas para matar y al servicio de un tirano, sin escrúpulo alguno, o en tal grado de demencia, que la historia (las que conocemos) nos los quieren presentar como tales locos; quizá queriendo justifica con una falsa piedad, lo incalificable.
Incluso me recuerdo yo mismo, con unos nueve años, apuntado por mi adicto (a Franco) jefe, en la droguería en que ya trabajaba; y el que se empeñó en que me apuntara al “Frente de Juventudes Falangistas”; puesto que allí “me haría un hombre” (pero eso sí sin dejar de trabajar por la comida y la cama en la droguería); y por no extenderme mucho, me recuerdo en el único campamento a que fui llevado; la patada en el pecho, que me pegó, “el jefe de centuria”; simplemente por haberme salido de la fila de aquella ladera montañosa por donde nos llevaban, e ir a beber agua en uno de los arroyos que por allí discurrían; era una falta gravísima, el hacer aquello, “sin pedir permiso al superior”. También los turnos de centinelas, “guardando las banderas en sus mástiles del exterior”, en aquellas noches aún muy frías de finales de invierno o principio de primavera… “fueron los motivos de irme de aquel ejército infantil y con el que yo nunca comulgué, puesto que fui llevado allí por presión de cuanto digo”.
Y comento todo ello hoy, con toda “la socarronería y si quieren “la mala leche (que para mí es muy buena) de lo que en realidad son, todas estas “lavadas de cerebros juveniles, que como esponjas, son fáciles de empapar de lo que sea”.
“En Rusia y Estados Unidos de Norteamérica, proliferan las escuelas y campamentos donde miles de jóvenes son instruidos en ultranacionalismo y formación militar. Son los niños soldados del Primer Mundo. Tienen entre once y dieciséis años y son alumnos de los nuevos “campos de guerra” (son niños y niñas que armados con pistolas veo en fotos de un campo ruso) donde más de doscientos mil niños son alistados cada año; en “EE.UU.” se dice que la cifra se duplica, ya que asegura la noticia que llegan a los cuatrocientos mil”… Pero mejor busquen en Internet, vean las fotografías y lean los textos, de la revista “XLSEMANAL” Nº 1648 del 26 de Mayo de 2019; y juzguen u opinen, según “les dicte su propia conciencia”.
Para mí, es un nuevo retroceso en la decadente sociedad que ya soportamos; y donde a niños o jovenzuelos, ya envenenados con, “las hazañas bélicas de incluso el espacio y otros mundos; con los falsos héroes que películas, documentales y tebeos publican con profusión absurda; se les dan instrucciones, se les uniformiza, se les ponen en las manos incluso armas de guerra; y se les mete “en los sesos”, el que hay que prepararse para defender a la patria, “su patria”: y que por ésta, hay que estar dispuesto hasta a dar la vida”… “o sea lo de siempre y con el posible añadido de lo sobrenatural, por aquello de que los héroes bélicos, los curas o religiosos de todos los tiempos, aseguraban a aquellos desgraciados, que irían derechitos a aquellos inventados cielos, donde incluso en el islamismo, aseguran que serían recibidos por cantidades grandes de bellas huríes… se supone que las heroínas modernas y de tal religión, serán recibidas por potentísimos machos, bien armados de los atributos y suplementos, con el que las hembras, también enloquecen con el sexo; pues no olvidemos que nos hacen vivir en épocas donde “todos somos iguales en derechos”… no sé si también en obligaciones; pues de esto último, ni si habla y menos se estudia”… Amén.

Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
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