Médico biólogo e historiador francés Thierry Brun. Foto Jesús Hdez


La salud es uno de los grandes enigmas que rodean a la figura histórica de Napoleón Bonaparte (1769-1821) y el médico biólogo e historiador francés Thierry Brun se ha propuesto esclarecerla con una exhaustiva investigación que publicará próximamente.

“No tenemos al paciente frente a nosotros”, manifestaba el doctor Brun durante su visita a Miami y entrevista exclusiva con Diario Las Américas, “pero podemos investigar y concluir su estado de salud general”, afirmaba.

Mucho se ha comentado de la sanidad del militar y gobernante francés que extendió su poderío por casi toda Europa, norte de África e incluso sectores de América. Que padecía de problemas digestivos, migrañas y hemorroides, entre otras dolencias que pudieran haber afectado su desenvolvimiento. Un largo contar que concluye con su muerte y el mencionado envenenamiento con arsénico que muchos aluden.

A diferencia de la novela histórica El Espía Chino de Napoleón, que el doctor Brun publicara el año pasado y presentará en La Feria Internacional del Libro en Miami, el nuevo trabajo, a publicarse primero en francés bajo el título Napoleon: Le Dossier Medical, recoge el estudio médico del Emperador de los franceses. Investigación y deducción que el galeno especialista basa en informes médicos de la época, la autopsia e incluso imágenes del histórico personaje militar y su familia. Una minuciosa labor respaldada por un colectivo de médicos y especialistas en la materia.

¿Apreciación basada en documentos e imágenes? “No es una apreciación” contestaba categóricamente. “Es una investigación respaldada por un análisis minucioso”, afirmaba el doctor Brun. “Lo presentamos como un informe médico genuino”, completaba. Un informe que pudiera aclarar las dudas e incluso corregir la historia.

El doctor Brun y su equipo médico se remontan a la niñez de Napoleón, cuando, según dicen muchos, ya sufría del estómago. Luego la juventud y la aparición de los muy mencionados problemas renales. Deficiencia física que le provocaría dificultades urinarias con aparentes repercusiones sobre sus facultades de juicio, conforme a otros informes facultativos.

Finalmente, la adultez de Napoleón. Apartado que hace referencia a la susodicha continuidad y empeoramiento de las dolencias físicas antes mencionadas, “además de rasgos de paludismo y tuberculosis”, exponía el doctor Brun.

Incluso la muy discutida cuestión sobre porqué Napoleón guardaba su mano derecha bajo el chaleco. La típica imagen del señor emperador que todos conocemos gracias a las pinturas de la época.

“Hay quien dice que Napoleón guardaba la mano porque sentía alguna molestia en el estómago”, comentaba el especialista francés. “No entiendo porqué alguien puede decir semejante cosa cuando sabemos que un militar y estadista como él tendría una corte a su alrededor que velaría por su imagen”, alegaba. “Ese era su estilo. Su porte”, proclamaba.

A todo esto, el doctor Brun añade un informe sicológico sobre el modo de pensar y actuar de Napoleón, así como un capítulo final que envuelve el misterio de su muerte.

“El misterio es parte de la fascinación por el personaje”, apostillaba el médico biólogo e historiador francés acerca de la teoría del envenenamiento con arsénico.

“Próximamente nos reuniremos para analizar el informe de la autopsia”, anticipaba. “Contamos con especialistas en medicina forense y toxicología”, explicaba. “Analizaremos exhaustivamente cada detalle”, aseguraba.

“Todos tenemos cierta cantidad de arsénico en el cabello. Es algo normal”, aclaraba el doctor Brun. “Pero si esa cantidad es superior a la normal, surge la sospecha de envenenamiento. Pero anticipo que la cantidad encontrada en el cabello de Napoleón es normal. Incluso la muestra tomada antes, durante su estadía en Francia, es la misma que tuvo en el momento de su muerte (según reporta la autopsia) en Santa Helena”, donde el militar derrotado vivía prisionero de los ingleses.

No obstante, el misterio podría ser desenmascarado con una exhumación y la obtención de un análisis preciso. Los restos de Napoleón Bonaparte descansan en un elegante sarcófago bajo la cúpula del palacio Les Invalides en París. Un lugar a donde acuden miles de simpatizantes y curiosos. Uno de los atractivos turísticos más significativos de la capital del país galo.

“La decisión sobre una exhumación es cuestión de familia”, con el heredero Napoléon Joseph Charles Paul Bonaparte II a la cabeza, respondía el especialista francés respecto a la posibilidad del desenterramiento de los restos y el posterior estudio médico categórico. Decisión que la familia en cuestión no ha adoptado pero podría ser apremiada con un interés público mayor e incluso político.
Fuente:http://www.diariolasamericas.com/