BOSTON Mayo 11, 2000 -- Un estudio realizado durante cuatro años sobre una muestra de 700 personas llegó a la conclusión de que quienes experimentan problemas respiratorios al dormir tienen tres veces más posibilidades de desarrollar hipertensión sanguínea.

Y debido a que muchos dejan de respirar al menos en una ocasión durante la noche, los problemas respiratorios podrían causar un número importante de casos de hipertensión, dijeron investigadores.

Pero el estudio, publicado en el número del jueves del New England Journal of Medicine, no examina una cuestión clave: si el tratamiento contra los problemas de sueño previene la hipertensión.

Alrededor del nueve por ciento de las mujeres y el 24 por ciento de los hombres experimentan al menos una pausa prolongada durante su respiración mientras duermen, algo que los médicos tratan con cirugía o mediante máquinas que impulsan el aire a los pulmones. La mayoría de los casos no son tratados.

Aunque investigaciones anteriores han demostrado que las personas con problemas de respiración durante el sueño tienden a tener la presión alta, la mayor parte de esos estudios no han hecho un seguimiento a los sujetos durante largos períodos de tiempo, además de no tomar en cuenta otros factores que podrían causar hipertensión, como la obesidad.

La nueva investigación, que sí contempla esos factores, trata de establecer una relación de causa-efecto entre la hipertensión y desórdenes como la apnea de sueño y la hipoapnea.

El equipo, encabezado por Paul Peppard, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Wisconsin, revisó la presión arterial de casi 1.200 empleados de cuatro agencias del estado, de los cuales 709 fueron seguidos durante cuatro años.

En comparación con las 187 personas que no tenían problemas respiratorios durante el sueño, el riesgo de desarrollar hipertensión era un 42 por ciento más alto entre los 507 voluntarios que dejaban de respirar cuando menos durante 10 segundos cuando dormían.

Para las 132 personas cuya respiración se detenía entre cinco y 15 veces cada hora, el riesgo de presión alta era incluso el doble que para quienes respiraban sin problemas. Y para quienes dejaban de respirar 15 o más veces cada hora, el riesgo era casi el triple.