La moda de juzgar a la historia
Sin siquiera intentar reivindicar o cuestionar el paso del general Julio Argentino Roca por estos pagos, es curioso advertir cómo hay funcionarios y políticos que se apoyan en la coyuntura, donde se banaliza la historia y se la retoca, acomoda o maquilla a gusto del consumidor de turno, reivindicando o lapidando (según corresponda al momento político que se vive) a un simple busto y su memoria.
Como si Roca viviera y pudiera sufrir el escarnio, los Concejales Antonio Águila (UCR) y Amador Hidalgo (PJ) presentan un Proyecto en el HCD de Río Gallegos para que se retire el monumento a Roca de la intersección de calles San Martín y la homónima y se done el mismo a una institución, con la curiosa condición de que “no vuelva a estar emplazada en espacios públicos”. En su lugar proponen un homenaje más etéreo y difuso como emplazar un monumento a la “mujer originaria” (?).
Otro Concejal, Pablo Fadul (UCR), algo más coherente señaló que sería necesaria una Audiencia Pública, para conocer la opinión de la gente y saber si realmente existe interés de adherir a la iniciativa de Osvaldo Bayer: “desmonumentando a Roca”, una epopeya personal llevada adelante por el escritor a partir de su odio visceral contra el militar.
En algún momento fue Juan Manuel de Rosas el controvertido ícono que jugaba en la misma liga que su archienemigo Quiroga y en varios puntos del país, arreciaban las ideas de los caudillos modernos que pretendían reivindicar los derechos de su presente torciendo la historia y no faltaba quien descolgaba los cuadros de Unitarios o Federales o profesores que arreciaban con discursos antirrosistas en las escuelas como si se tratara de un hecho contemporáneo y no una parte necesaria del crecimiento institucional del país.
Hoy los Concejales Águila e Hidalgo pretenden castigar la memoria de alguien que es parte necesaria e indivisible de la historia de la Patagonia, a la cual tal vez no habitarían hoy, de no ser por los que pusieron el cuero para afianzar este territorio.
Ojalá se lleve a cabo una Audiencia Pública y si resulta negativa a los propósitos de ambos ediles, éstos tengan las grandeza de reconocer su error de concepto y pedir perdón a la historia, ya que pedirles que renuncien por incompetentes no sería un objetivo realizable.


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