Cuatro hechos, que no sucedieron de un día para el otro, han determinado que tras dos décadas Telefé hubiera perdido el liderazgo de la audiencia anual. El primero ocurrió a fines de 2004, cuando el entonces director de contenidos, Claudio Villarruel, resolvió desprenderse de la "nave insignia" de la emisora: Marcelo Tinelli. El tiempo demostraría que ser "tinellidependiente" no era un peso para Telefé, sino su seguro de supremacía.

A partir de ese momento, y por esa simple decisión, la emisora de San Cristóbal resignó encabezar el prime time, el horario central y estratégico en materia de programación que registra los mayores ingresos de publicidad. Tinelli se llevó consigo ese preciado tesoro: en su fugaz temporada por Canal 9, en 2005, esa señal pasó a dominar la franja horaria en que ShowMatch estaba en el aire y desde el año siguiente hasta ahora, en que el dueño de la productora Ideas del Sur se afincó en El Trece, ese privilegio pasó a ser de esa pantalla.

Al principio, Villarruel supo disimular el agujero con un hábil y personalizado manejo de la grilla del resto del día que le permitió cubrir sobradamente aquel faltante y así, por unos años, el liderazgo anual de Telefé no se vio amenazado. Pero la fisura existía.

El segundo punto de importancia (y más grave) es que a partir de 2001, y de manera intermitente por medio de seis ediciones de Gran Hermano (la última, actualmente en el aire), Telefé le cedió su identidad a ese mediocre reality show, por lo que se convirtió, literalmente, en un canal GH, donde dicho ciclo y sus debates tiene varias emisiones por día y buena parte del resto de la programación funciona como satélite de aquel.

Ya el 2 de marzo de 2008, frente a los primeros triunfos mensuales de Canal 13 sobre Telefé, señalamos que GH funcionaba como una suerte de factor de aridez sobre la programación global del canal "con cantidades inconcebibles de subproductos (especiales, debates, micros, galas, fiestas, constantes promociones, anticipos reiterados en noticieros y otros programas) [que] arrasaron con la articulación sensata de distintos contenidos que es esperable que tenga un canal que se precia de líder".

En tercer lugar, El Trece le encontró la vuelta a su gélida tarde y a parte de sus fines de semana. ¿Cómo? Adivinen. Haciendo lo que las otras emisoras hacían desde bastante tiempo antes: hablar directa o indirectamente de ShowMatch.

Para rematar -y éste es el cuarto problema que termina por desequilibrar del todo la balanza-, Telefé pierde la brújula de su tarde, en la que registra varios fracasos, sin recuperar el prime time, donde la mustia audiencia del ya fenecido Caín & Abel lo hunde un poco más. Y ya se sabe que las matemáticas no ven TV y sólo se limitan a sumar y a restar tantos.


.LA NACION