A esta altura y con un asesinado más (Gonzalo Saucedo – 21 años – hincha de River) nada mas puede llamar la atención. Ni la inacción gubernamental, ni la cómplice inacción de la AFA, ni el silencio culposo cuando no cómplice de muchos jugadores, ni el silencio de muchos periodistas deportivos que se tutean con los barras bravas mientras reclaman medidas que ellos no toman en su plano personal y profesional.
Las cosas como son. La situación da asco. Y la extrema cobardía de la gran mayoría de los actores que deberían actuar, deja fuera de los estadios a decenas de miles de familias que desearían recuperar sin riesgo de vida el derecho de ver un espectáculo único. Otros, simplemente mueren.



Las cosas como son. No hay pasión en las barras bravas. Hay intolerancia, negocios, delincuencia, política de la peor, extorsión y un repugnante mensaje a la sociedad, la cancha es nuestra y al que se oponga los molemos a golpe o lo matamos. Reino de salvajes no de auténticos y soñadores hinchas de futbol.

Una hincha real y auténtica de River, Maby, en su Facebook cuenta lo que pasó y muestra entre su indignación y su dolor lo que sucedió y como. Cuenta Maby:

MANGA DE HIJOS DE...BARRAS... SOLO CAGAN A RIVER Y A NOSOTROS, LO QUE AMAMOS A RIVER DE VERDAD...........MALDITOS MANTENIDOS POR LO POLITICOS... Nicolás, uno de los hinchas que se encontraba en la platea baja Sivori cuando ocurrió la agresión a Gonzalo Saucedo, relató que cinco minutos antes de que comience el partido llegó un grupo de 15 o 20 personas que comenzaron agredir a todos los que estaban en ese sector del Estadio Monumental.
"De repente se miraron, dieron una señal y nos empezaron a pegar a todos", dijo el joven de 20 años, que también fue víctima de la violencia.
Nicolás señaló que: "Todos estos muchachos que nadie se anima a decir, son los jefes de la barra brava".
"Estaba todo preparado. Estaban parando en los quinchos y entraron de golpe, se pararon donde quisieron y empezaron a revolear piñas para todos lados", comentó el testigo.
"Estaban buscando a unos muchachos que tiene una bandera que tiene que dice "River Tour", que paran con los de la contra que son "La Banda del Oeste". Los vinieron a buscar a ellos, y por lo que tengo entendido el muchacho que atacaron sería de esa banda", agregó.
Además, Nicolás remarcó que en el lugar había un efectivo de seguridad privada contratado por el club, al cual le sacaron la gorra, el chaleco y otras pertenencias. "El jefe de la barra brava estaba ahí", afirmó.
De acuerdo a su testimonio, los agresores ingresaron a la tribuna y fueron a buscar a este grupo, en el cual se encontraba Gonzalo Saucedo, de 21 años, quien recibió una puñalada y falleció a las pocas horas en el Hospital Pirovano.



Estos delincuentes comunes, apañados, tolerados y hasta alimentados por quienes deberían cerrarles definitivamente el acceso a las canchas y conseguirles un lugar en las cárceles comunes, son los mismos que viajan gratis para “ver” a sus equipos, que viajan gratis a los mundiales y hasta venden entradas entregadas que no compraron, que son expulsados de otros países como sucedió en Sudáfrica, que aparecen acompañando a dirigentes políticos como si el bienestar común y social les interesara algo.

Estos delincuentes comunes son los que expulsaron de la cancha a los padres que quieren ir con sus hijos a la cancha sin el riesgo o con la certeza de que van a ver un partido de futbol sin que sus esposas estén pendientes de que la televisión no cuente de desmanes y asesinados.

Esta basura no siente ninguna camiseta. Muchas veces ni siquiera ven el partido, se tapan con una bandera o dan la espalda a la cancha para arengar al que quieren o agredir al que no quieren o no pagó con dinero, camisetas firmadas o entradas.

Muchos países solucionaron sus problemas de barras bravas. Y el caso más grave, Inglaterra, lo solucionó al punto de que puede verse que en los partidos de futbol inglés, no hay alambrado que separe a los hinchas de los jugadores. El cómo lo solucionó, tiene una respuesta amplia. Una muy dura modificación de la legislación que incluyó cárcel para los violentos y hasta, en algunos casos puntuales, cadena perpetua. Prohibición de por vida de asistir a espectáculos deportivos futbolísticos. Incluso cuando su selección nacional juega en territorio inglés. Por supuesto todas esas medidas vinieron también de la mano a sanciones durísimas para los clubes que no faciliten la ejecución de las nuevas normas y sistema de seguridad (cámaras y personal idóneo) reforzados que, hoy por hoy, son más un disuasivo que una necesidad.

Hasta ahora, el “ejemplo” argentino ha caminado por lugares vergonzosos, como cuando se vio al titular de la agrupación Hinchadas Unidas Argentinas (HUA) en el velorio del ex Presidente Néstor Kirchner, junto al féretro y en el sector destinado a los funcionarios de primer nivel e invitados especiales.

Mallo, así apellidado, se lo pudo ver al lado del ministro de Educación, Alberto Sileoni. En un momento, se hizo a un costado y dejó pasar a Jorge Locomotora Castro, el ex boxeador que es Coordinador de Prácticas Saludables de la Secretaría de Deportes, quien también le dio el último adiós a Kirchner.

Mallo es un puntero político cercano a Rudy Ulloa, ex chofer del fallecido ex presidente. Se hizo conocido por fundar, junto a los líderes de varias barras de equipos del fútbol argentino, una agrupación que tenía el objetivo (según ellos) de “disminuir la violencia en las canchas y ser trabajadores sociales”. De hecho, hace un tiempo lanzó un proyecto para trabajar como “acomodadores” en los estadios. O sea, unos caraduras con un discurso social aprendido, pretendiendo que la sociedad crea que la transmutación de asesinos violentos a trabajadores sociales era una realidad. Nunca sucedió. Son tan vivos que hasta crearon una Web www.barrabrava.net con un link dirigido a cada barra brava de cada club de futbol, contando una historia digna de un cuento escrito por Dickens o Saint Exupery, en el cual, por supuesto, no hay ninguna señalización de violencia o muerte.

Otro muerto se sumó a la lista que hasta marzo del 2011 daba cuenta de 256 muertos en el futbol argentino y las respuestas no llegan. Con raras excepciones (como las autoridades de Independiente y ONG como “Salvemos al Futbol”)… Todos conocen el diagnóstico, todos conocen la solución. Pero, hasta ahora, esos mismos “Todos” o han sido cómplices o son cobardes.

Lic. Rodolfo Patricio Florido
rodolfoflorido@hotmail.com
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