La corrupción y el saqueo a los súbditos indefensos

Convenzámonos que jamás ha llegado el hombre a ciudadano libre y respetado, sobre la base de leyes justas y por tanto equitativas; siempre se ha impuesto y se sigue imponiendo la imposición de los que gobiernan y sea el sistema que sea; sobre todo en los sistemas recaudatorios de impuestos: es por lo que en España, se ha llegado al saqueo o imposición de impuestos confiscatorios y que no debieran existir.
Los políticos y sus partidos, fracciones o facciones; que si existen es para combatir al gobierno mayoritario y obligarlo a rectificar “los desmanes que imponga”; hacen causa común “con el que manda”, puesto que a ellos y pese a lo que digan; el pueblo no es otra cosa que “un rebaño al que hay que explotar” y llegados al poder, siguen manteniendo los desmanes recaudatorios del anterior, o incluso los agravan más, imponiendo nuevas cargas a pagar; o sea que los que han prometido defender y dotar de justicia máxima al pueblo, les importamos “dos cojones” y ellos se dedican ciegamente, simple y solamente, a consolidar el puesto logrado, acrecentarlo todo lo que puedan y llegar a un retiro o jubilación, dotados con las máximas pagas y prebendas posibles; y que ellos, han previsto ya aprobando en esos gallineros (que no parlamentos) “leyes injustas pero que consideran legales a todos los efectos en que les benefician y pese a que sean de la denominadas como del embudo”.
¿Por qué digo gallineros y no parlamentos? Sencillo; los que allí llegan, salvo el encargado “por el jefe”, son individuos silenciosos, que nunca piden la palabra para defender o criticar algo, puesto que se limitan a apretar el botón o botones que ya ha dispuesto, el dictador o pequeña camarilla, que es la que decide y gobierna en la sombra; la que “al que se rebela”, es condenado a desaparecer del puesto y por tanto de la muy buena paga, prebendas y sinecuras, que recibe cada mes, precisamente por ser un obediente fiel a quienes de verdad mandan sin concesiones a ninguno que no practique “la obediencia ciega”; así es que eso de “parlamentario” es una mentira más de la infinidad de ellas con las que se nos dice gobernar, puesto que es un mangoneo impuesto por la fuerza, que dicen “legal”.
Esa es la situación general en todos los países, pero en España destaca ya mucho más, puesto que todo el tinglado impositivo, se ha convertido en un expolio constante y que empezó empobreciéndonos de forma sibilina y ha terminado siendo ya una situación tiránica, en la que nos ha robado hasta la ilusión; todo ello justifica la ruina actual y la ausencia de creación de riqueza, salvo los que mediante las complicidades que venimos viendo desde hace ya muchas décadas, tienen acceso al dinero público, que en cantidades delictivas, llegan a beneficiarios determinados y en condiciones que no tendrían justificación en un verdadero gobierno que vigilara el dinero público como debe ser vigilado siempre.
Les copio parte de un texto publicado por un experto y les dejo la dirección, para que puedan leer el resto, sobre “los latrocinios” que estamos sufriendo y que parten más que de verdaderos gobernantes, de “ladrones y bandidos camuflados”
“En definitiva y resumiendo, hay dos tipos de corrupción, corrupción económica, hacer las cuentas al revés, buscando ingresos para cubrir unos gastos que, nadie sabe por qué, deben ser siempre crecientes y Corrupción social, odiar e impedir la existencia de un tejido social fuerte, de una sociedad civil estructurada y de unos cuerpos de la Administración independientes, capaces, todos ellos, de hacer frente a los déspotas. En la obtención y gasto de los fondos públicos, todo lo que no sea Justicia, Control y Austeridad es Corrupción. Y esas dos se pueden volver a resumir en una, la corrupción sistémica, actuar sin aplicar, el dogma básico de que en la obtención y gasto de los fondos públicos, todo lo que no sea Justicia, Control y Austeridad es Corrupción. Su coste es tan enorme que hace que la corrupción que sí parece que se está empezando a combatir, sea el chocolate del loro. Nuestro problema no es que tengamos personas corruptas en cargos públicos, es que estamos inmersos en un sistema corrupto y no se ve que ningún partido político esté dispuesto a llevar en su programa electoral acabar con todas esas lacras, parece que a nuestros políticos, si han de ser honestos, no les merece la pena dedicarse al “servicio público”. Aquí se entra en política sin ninguna experiencia, ni valía posiblemente, para triunfar en cualquier otra actividad, el político español tipo nunca trabajó en otra cosa ni tampoco tuvo a su cargo nómina alguna y, sin embargo, cuando deja el cargo es inmediatamente contratado por grandes empresas para consejos o cargos a veces inventados ad hoc, en un procedimiento de puerta giratoria que es el ejemplo supremo de corrupción: pago de servicios prestados y/o búsqueda de mediación en corrupciones futuras. Así nos va y posiblemente nos irá”. [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
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