En general “no se desloman” trabajando

No entenderé nunca por qué a alguien se le ocurrió denominar a los políticos parlamentarios como “padres de la patria”, y menos aún aquello otro de que “van a servir al pueblo; puesto que en general y “sálvese el que pueda”; es todo lo contrario; ni demuestran un grado mínimo de lo que significa esa gran palabra (paternidad) ni van a servir otros intereses que los suyos propios y por descontado, los del partido que les ha dado el cargo (en España no hay distritos y el cargo lo da el jefe de partido a voluntad y sin escrúpulo alguno que no sea afín a sus intereses) por ello, en realidad son simples autómatas, a los que el jefe “da cuerda” y le obliga a apretar el botón que interesa a la camarilla que en realidad gobierna al partido que sea; lo que los reduce a lo que ya los califiqué hace mucho tiempo, o sea “apretabotones”. Sólo eso demuestra que aquí ni hubo democracia ni sigue habiéndola.
La política es algo así como “una sucia escuela de escalada” y que se inicia en la entrada en un partido, “porque te llamen de la camarilla por cuanto consideran les vas a ser útil, o bien te apuntas al partido y empleas toda tu astucia en ir escalando puestos, por el sistema del pelotilleo al superior y así ir escalando hasta donde puedas y te dejen, procurando igualmente ir creando “tu cuerda” de adeptos, para que te sostengan donde ya has llegado; si no es así, “no te comes una rosca”, que es la metáfora española, en este país de “recomendados” y donde los valores propios, mejor ni tenerlos y obrar como ya lo dijo Groucho Marx en la película “Sopa de Ganso”, diciendo la cruel verdad de la vida sin escrúpulos… “Estos son mis principios, si no le gustan, tengo otros”; frase cruel pero tan certera que ha pasado a la historia.
Con perseverancia y aguantando más que “un percebe en el acantilado aguantando las terribles olas de la tormenta marina”, se consigue siempre algo interesante y se llega al tipo que ya, el tal y “aclimatado” a la lucha diaria, permanece chupando del dinero público, a través de la política, de por vida; y no digamos los que llegan al tipo de alto cargo, donde ya todo será “un coser y cantar” y olvidar si alguna vez dijo alguna verdad que se le escapara por casualidad… ¿casos concretos? Simplemente recuerde y observe, puesto que aquí hasta tenemos “un segundo rey”, que actúa como suplente de su heredero, en vez de retirarse de verdad a donde él y por decisión propia eligió… ¡Pero oh la vanidad de seguir siendo figura hasta la muerte o después de ella! Y digo lo de después, por cuanto infinidad de cargos, ya dejaron su costoso cuadro al óleo y el que pagado con el dinero público, “tapa un trozo de pared” de cualquier departamento donde pasado el tiempo, ya ni lo recordarán sus más allegados deudos.
Pero a lo que vamos, “al trabajo y al posible deslomamiento del político que dice o dijo que su misión sería defender y velar siempre por los intereses del pueblo”. Tienen más descansos que “el jesusero del chiste”, el que era nombrado para ir siempre detrás del obispo, al que oído que estornudaba, añadía rápido y claro la palabra ¡“Jesús”!; y por ello estaba en la nómina del obispado, cobrando una suculenta paga por tan “educado” servicio al pastor de la diócesis.
Tienen más vacaciones que nadie, tienen dietas “hasta por ir al retrete” (es un decir) y así, como exenciones de pagos a esa Hacienda que dicen es pública y de todos; además al jubilarse lo hacen con derecho a la máxima paga que tengan establecidas las pensiones públicas en España y si su cargo es de primera línea, tal como lo fueron Felipe González, José Luis Rodríguez Zapatero o José María Aznar, tienen derecho a pagas enormes y sirvientes anexos, que menos “mayordomo”, los llevan y los traen como si “príncipes en ejercicio real fuesen y paridos por reina reinante en esta España de enchufes, cachondeos y aprovechados por demás”.
Es por lo que una gran mayoría de españolitos de ambos sexos, “se despepitan por entrar y sobre todo mantenerse en la política que sea y que esté bien pagada”, puesto que en la política, ya sabemos que… “van siempre a servir al pueblo”.

Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
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