VISITA A UNO DE LOS MÁS FAMOSOS SANTUARIOS CRISTIANOS DE ESPAÑA (II) A las 10,40 estamos ante el monasterio y “sus grandes tinglados comerciales”; y digo ello, por cuanto si bien éste enorme conjunto de edificios religiosos (lo dice el guía al iniciarse

VISITA A UNO DE LOS MÁS FAMOSOS
SANTUARIOS CRISTIANOS DE ESPAÑA
(II)

A las 10,40 estamos ante el monasterio y “sus grandes tinglados comerciales”; y digo ello, por cuanto si bien éste enorme conjunto de edificios religiosos (lo dice el guía al iniciarse la visita) que ocupa la increíble extensión de veinticinco mil metros cuadrados; y a ello, hay que aumentar todo lo que hay a su alrededor de comercio e industria de hostelería, amén de las dos grandes tiendas que tienen los religiosos (franciscanos) a la entrada y en la calle, una; y otra ya dentro del complejo y también ante la entrada de turistas a las partes que permiten visitar; o sea “el negocio es el negocio”, puesto que igualmente y aun siendo un grupo de viejos y jubilados, se tiene que pagar a razón de cinco euros por persona y en una visita que no dura más de una hora… hago notar que es día laboral y que aquí hay varios grupos esperando; por lo que sábados y domingos: “Esto debe ser una feria con multitud de asistentes a la misma”; por ello la proliferación de negocios y la prosperidad de este pueblo que cuenta en la actualidad, unos tres mil habitantes; según me dice un guardia municipal al que pregunto. Es algo similar a lo visto por mí en Fátima, en Portugal.
O sea que se mantiene y fomenta el negocio de masas, puesto que hoy y en general lo religioso importa poco; pero es un pretexto para viajar, ver tierras y hombres y disfrutar de todos los placeres mundanos, entre los que destaca y como siempre, el buen comer y el buen beber y de ello aquí hay, para… “llenarse de colesterol hasta reventar”, por lo que hay que tener mucha fuerza de voluntad para no caer en tentaciones perniciosas… “Al menos los viejos como ya somos nosotros”.
Entramos a la visita y desembocamos en un muy hermoso y amplio claustro que contiene un hermoso jardín y en el centro del mismo un bastante grande templete; el claustro es doble, o sea que tiene una planta baja y otra alta de pórticos más bajos, pero monumentales. En el claustro hay unos enormes óleos que reflejan diferentes escenas y a cuyo pie, hay textos escritos en la época de la realización de esos grandes cuadros. En ellos se lee: “falto de pan en Efpana por haber más de 6 años que cafi no llovía – prifiones – monefterio”, etc. Considero que estas frases hoy se escriben así: “faltó el pan en España por cuanto hacía seis años que no llovía – prisiones – monasterio”. Alguno más copié; confejo (que equivale a concejo) o moftrado, que equivale a mostrado. Podía haber copiado muchas más, puesto que en dicho claustro abundan esos grandes lienzos, que con “su pie de foto”; equivalen a las fotografías que hoy publican periódicos y libros; y en cuyo pie, se da una explicación a lo que refleja la imagen reproducida; función que cumplieron esos textos en el idioma del momento para explicar hechos acaecidos en aquel tiempo; pero con lo que reflejo, creo es suficiente. Hago esta referencia, para demostrar que el idioma castellano, que dicen algunos “listos” de hoy, era muy diferente al español que hoy hablamos y es por lo que hoy no se debe decir castellano (puesto que ese idioma ya murió) hoy hablamos el idioma español y punto. Dentro de este enorme recinto, pasamos primero a visitar y ver el museo de bordados; que no es otra cosa, que una sala, que contiene gran colección de ropajes más o menos lujosos, para el culto y oficios religiosos, algunos de ellos bordados con hilos de plata, oro, e incluso con perlas; todos ellos, se nos dice que bordados en tiempos pasados por los mismos monjes de clausura, que aquí habitaron, cosa que sorprende al que piensa . Seguidamente pasamos a otro museo que consiste igualmente en otra sala, que contiene “libros miniados” ; donde se nos muestran nada menos que ciento siete, que son otras tantas joyas de la escritura del hombre y hay que verlos para apreciar la enormidad de trabajo que cada uno de ellos costaría a sus realizadores. Se nos dice que éste museo está abierto desde 1998 (supongo que el anterior será de igual fecha y ambos, para acrecentar el atractivo turístico de éste conjunto). Pasamos a otra sala similar donde hay un museo, dedicado a la pintura y escultura. Aquí podremos ver con la premura que se nos impone (“el negocio es el negocio”); tres lienzos de “El Greco”, ocho pequeñas tablas (ocho monjes) pintados por Zurbarán, un Cristo esculpido en un colmillo grande de un elefante, que es otra maravilla; hay otro Cristo pequeño también en marfil y que atribuyen nada menos que a Miguel Ángel; otro lienzo de Goya y muchas otras obras más; pero todas ellas, tristes, oscuras, reflejando lo tenebroso de la religión, más que la alegría de la vida que Dios nos da… “el terror para dominar al creyente; lo que me trae recuerdos de cuando yo niño y las prédicas de aquellos “negros misioneros” y sus discursos tenebrosos en la Iglesia de San Ildefonso, en los años cuarenta del pasado siglo y que me aterrorizaban”.
NOTAS: 4 Son dos tiendas bastante grandes y donde se venden todo tipo de cosas o recuerdos, “religiosos o no”; pero buscando con toda la oferta, de infinidad de “chuminadas”, que el turista o visitante gaste el máximo de dinero, pues ya digo “el negocio es el negocio”… y Dios… pues bueno; está en los cielos. De cualquier manera no hay que extrañarse; estos negocios siempre han estado al lado o dentro de los templos de casi todas las religiones o ritos religiosos, pues el clero ha de vivir bien y generalmente lo hace, salvo los verdaderos y creyentes en ese Dios misterioso y en el que hay que creer, eso desde luego.
5 Sí, sorprende porque uno no comprende, “ésta forma de servir a Dios y a Cristo”, habiendo tantas miserias rociadas por éste pobre mundo o planeta en que habitamos. ¿Para qué tanto lujo eclesial?
6 Son libros ilustrados, con dibujos a mano; primorosamente realizados por generalmente, monjes, y que están realizados sobre pergamino y encuadernados de forma tan reforzada, y protegida, que algunos se nos dice que pesan, sesenta kilos. Hay otros mucho más pequeños y que se denominan “libros de horas”. Todos ellos religiosos y casi todos los enormes (por lo grandes) son de canto gregoriano.
7 He relatado ello en otros libros o escritos y no me repito; pero yo fui aterrorizado al recibir mi primera comunión… y estuve mucho tiempo… “peleado con el dios” (con minúscula) que me presentaron aquellos cuervos.

Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
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