El día de la madre y el consumo provocado Se está prodigando tanto “el día de”, que yo creo que ya han acabado con los 365 días del año y no sé si ya, estarán pensado en “el del bisiesto que cada cuatro años nos cae para regular el tiempo”; que dicho

El día de la madre y el consumo provocado

Se está prodigando tanto “el día de”, que yo creo que ya han acabado con los 365 días del año y no sé si ya, estarán pensado en “el del bisiesto que cada cuatro años nos cae para regular el tiempo”; que dicho sea de paso, “el tiempo no se sabe en realidad lo que es y si existe o no”, sencillamente por cuanto si lo fijásemos en la Luna, que es el “cuerpo celeste más cercano”, ya “el tiempo sería otro”.

Pero en realidad lo que quieren que conmemoremos es “el tiempo comercial”; ya que en general, lo que se pretende en esas conmemoraciones, es que el consumo crezca, cuanto más mejor; habiéndose comprobado ya, que ese consumo masivo aumentado por tantísimo embalaje “indestructible”, es el mayor motivo de la pudrición que ha asolado al planeta que habitamos; y ya son tales las acumulaciones de “basuras indestructibles”, que no saben cómo eliminarlas, por lo que los que dicen gobernarnos, siguen queriendo aumentar “los consumos” y pase lo que pase; ya que tras de ellos y cuando dejen o los echen de sus puestos, lo que quede y venga detrás, les importa un pimiento”.

Como ya soy muy viejo puesto que nací en agosto del 1938; y en familia pobre, o de labriegos jornaleros; que en España y en aquella época, era quizá peor que ser de “los siervos de la gleba, de siglos pasados”; lo del regalo o conmemoraciones, éramos o estábamos tan ayunos de ello, que nuestras celebraciones, eran tan escasas y austeras, que rozaban “lo miserable”; pero era lo que había y dentro de todo ello, vivíamos sino felices, pero sí conformes “con lo que había”; pero eso sí, en lo que se refiere a la familia; generalmente éramos muy ricos, puesto que aquellas familias se querían en el seno de las mismas; y también en la cercanía o vecindad, donde y de verdad, llegado el momento; y salvo excepciones, “se ayudaban los unos a los otros con mucha más generosidad que hoy mismo, donde la familia, ha casi desaparecido”, gracias a los falsos “progresismos”, que nos han ido imponiendo, los que ni saben gobernarse a sí mismos, pretendieron y pretenden gobernar a los demás; cosa que ya prevenía Confucio, hace dos milenios y medio… “Que nadie que no sepa gobernar su casa, entre a gobernar hombres”. Y a la vista está lo que tenemos.

Yo y como siendo un bebé, quedé huérfano, por “causas de la maldita guerra civil y que ya he contado en otros artículos”; me crié sin padre, al que ni pude conocer hasta muchos años después y sólo “en fotografía”; pero el destino, me había preparado, “dos madres”; mi propia madre y la madre de esta; que en el pueblo donde viví mis primeros siete años (a partir de esa edad me ponen a trabajar) se les llamaba, a la madre, “mama” y a la abuela, “madre”. Yo viví más con aquella “madre” que con mi “mama”; puesto que esta tenía que ir a trabajar y era su madre, la que tuvo que cargar con el nieto. Considero que aquellos años son los más interesantes de mi larga y “bien experimentada vida”; puesto que “en aquellas raíces”, aquellas dos verdaderas mujeres; supieron inculcarme, todos cuantos valores, después me han servido para “llegar hasta dónde he llegado o llegue; y de lo que me considero muy satisfecho”… Y aunque “no fui un problema para tan reducida familia”, pero confieso que no supe o pude pagarles apenas nada, “de la mucha riqueza que me dejaron”; por ello las tengo a las dos, en fotografías y cuadros al óleo, junto a mí y me acompañan, en mi despacho o escritorio. “Puede que incluso espiritualmente, vengan a verme o me sigan ayudando desde donde se encuentren”, por mi parte las recuerdo con mi mayor agradecimiento y creo que todos los días; puesto que es mi mayor deuda en este perro mundo”. Y además estoy convencido que “no se muere, se pasa a otra vida”.

¿Qué yo no he tenido atenciones con estas dos, “mis madres”? Claro que sí, si bien y como antes digo, tengo la duda de que les debo muchos más. Sí que les tuve siempre un gran respeto y las obsequié cuando lo creí oportuno; lo que no fui, es, “muy baboso o apegado a sus faldas, como rebelde que he sido siempre”.

Por todo ello y “los sentimientos que me recuerdan”, yo no entiendo en absoluto, “el día de la madre” (igual opino de el del padre) incluso del “amor”, cuya definición que me convenza, nadie a sabido darla, y generalmente, la mayoría lo entienden, simplemente como el sexo más apasionado. No refiero muchos “de los más días conmemorativos”, puesto que simplemente, me dan risa. Los que he referido, los considero “días perpetuos” y a demostrar en cualquier momento, en esa demostración intensa que, “no tiene tiempo ni espacio”, por lo grande que debe ser.

Todo lo demás, “es consumo”, “movimiento de dinero que sólo benefician a la parte interesada en el negocio” y poco, o nada más.

Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
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El día de la madre y el consumo provocado Se está prodigando tanto “el día de”, que yo creo que ya han acabado con los 365 días del año y no sé si ya, estarán pensado en “el del bisiesto que cada cuatro años nos cae para regular el tiempo”; que dicho

El día de la madre y el consumo provocado Se está prodigando tanto “el día de”, que yo creo que ya han acabado con los 365 días del año y no sé si ya, estarán pensado en “el del bisiesto que cada cuatro años nos cae para regular el tiempo”; que dicho

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