Muchas veces, muchos medios de comunicación “miran el árbol y no el bosque”. La noticia es que Ricky Martin salió del closet y esto importa porque él es famoso. Ahora bien, ¿cuántas personas gays existen que no pueden disfrutar de los más mínimos derechos? ¿Cuántos son asesinados por ser homosexuales? ¿A cuántos se les niega el derecho a adoptar? ¿Cuántos no pueden compartir un beso (algo tan sencillo y hermoso como un beso) por miedo a sufrir violencia? Lo importante es, entonces, no mirar al "árbol Ricky Martin", sino el bosque completo de los millones de gays que todos los días tienen que afrontar con mucho valor una sociedad que los estigmatiza e invisibiliza de las más variadas formas.

¿Qué importa si Ricky es gay o si no lo es? Ricky es un hombre, puertorriqueño, famoso, que cantó una de las más famosas canciones en un mundial y que en algún momento decidió ser padre. Eso y mucho más es Ricky Martin. Ah! y además, es gay. Lo importante es que todas y todos reconozcamos que los gays existen y tienen derechos, que son nuestros familiares y amigos, que nosotros somos parte del proceso de invisibilizarlos porque los tapamos en el bosque.

Hace unos días, en la versión impresa del Diario Perfil, una encuesta reveló que sólo el 50% de la población Argentina estaba de acuerdo con que dos personas del mismo sexo tengan derecho al matrimonio. Hay otro 50% que cree que los gays no tienen derechos civiles, que es como creer que no son ciudadanos, o que son ciudadanos de segunda y, en ese sentido, que no tienen por qué tener los mismos derechos que los heterosexuales.

Algunos se preguntarán por qué recién ahora Ricky decidió salir del closet, ¿será por marica y porque no era suficientemente hombre? Él, como muchísimos otros, no sale del closet porque todavía hay muchos allá y acá afuera que creen que esa persona no tiene derecho a ser feliz.