Mi querida, no puedo decir si son docientos porque no soy tan viejo (y a los libros de historia poco les creo) pero lo que yo considero como democracia no recuerdo que en Argentina haya existido nunca, porque si a este libertinaje ridículo le dicen democracia, prefiero a los milicos
Saludos

El autor de la nota no puede bajo ningún concepto comparar
a Sudáfrica con la Argentina.

Empezando por sus dirigentes que están a años luz de los nuestros.

No creo que sean tan corruptos, coimeros, perversos ni indecentes.

Si clarito...bien clarito en Sudáfrica el lema es son todos iguales, pero en la practica primero los blancos....

Bueno, bueno... Precisamente en Sudáfrica primero no están los blancos AHORA tan tranquilos.Si bien todos declaran que en Sudáfrica ya no existe la discriminación.
Existe, aunque lo nieguen y en una forma bien arraigada. Fue tema de todos y se habló mucho del atroz incidente automovílistico protagonizado por un rapero que es venerado por los adolescentes negros,es Jub Jub, quien obnubilado por la cocaína atropelló y mató a cuatro estudiantes que salían de la escuela con su Mini Cooper (los autos más codiciados por los jóvenes negros de clase media). Tras pagar una fianza y llorar ante la Corte, el rapero salió en libertad. Y los estudiantes tomaron las calles de Soweto, indignados, esta vez, por lo que "pagan por su impunidad" sean negros, sean blancos. Jub Jub es un exponente de la cultura bling que se extiende en la Sudáfrica actual entre jóvenes negros de familias de clases acomodadas y dirigentes: gente que sucumbe al brillo del nuevo rico. Para algunos, una consecuencia de la estrategia política de "transformación"- antes llamada "affirmative action"- que, en algunos casos, puso a gente poco calificada en puestos dirigenciales solo por el hecho de ser negros, y donde no son pocos los que se convirtieron en millonarios rápidamente. Esto es criticado, que lo consideran un "racismo invertido". Como sea, en el diario The Sowetan, esa cultura ostentosa del nuevo rico fue fuertemente descalificada: "Alimenta la corrupción, el ser deshonesto, corrompe nuestras almas... De hecho contradice los valores en que se baso nuestra lucha por la liberación".
Pero Sudáfrica no da respiros. Y días más tarde, un golpe trágico pareció reavivar las tensiones raciales. Fue con el asesinato de un granjero blanco, afrikaner, Eugene Terre'blanche, cometido por dos empleados negros.
Algunos miembros del AWB (Movimiento de Resistencia Afrikaner) quisieron boicotear el Mundial y pidieron que no viajaran los equipos extranjeros a Sudáfrica.
Con todas estas cuestiones los blancos afrikaners comenzaron a protestar. Y el caso se convirtió en una diatriba política que los partidos aprovecharon, sobre todo porque Julius Malema- titular de la juventud del Congreso Nacional Africano que está en el poder- suele echar leña al fuego con una canción de tiempos del apartheid "Kill the Boer" (es decir, maten al blanco) y también porque al presidente sudafricano Jacob Zuma también le gusta entonar :"Dénme mi ametralladora".
Malema es un joven de 29 años que se enriqueció súbitamente y que va a poner nerviosos a los blancos hablando de nacionalizar las minas (de oro, diamantes y platino) y de tomar las tierras de los blancos por la fuerza. Como ya sucedió, cuando los negros obtuvieron su libertad y liquidaron cientos de campos de granjeros blancos. Aunque se niegue, hay rémoras de racismo en Sudáfrica, aunque blancos y negros compartan la universidad.
Son un pueblo joven y pareciera que hay demasiadas cosas que arreglar o quedaron pendientes aún.
Doris Lessing, ésa autora poco digerible para mí, porque no divide sus libros en capítulos, pero que ganó el Nobel en Literatura a los 80 años describe muy bien la situación de Sudáfrica, hija de padres británicos, se mudó a Zimbabue siendo muy jovencita y conoce extraordinariamente la historia de Sudáfrica y puede describirla como nadie; el odio entre negros y blancos afrikaners seguirá dando tela para cortar.