Por Mario A. Cadenas Madariaga para el Informador Público

En un café de la Avenida Mitre de Avellaneda -provincia de Buenos Aires- escuché ayer un diálogo interesante entre dos parroquianos sentados en una mesa vecina a la mía. El tema era el obligado en estas vísperas electorales y, por lo que escuché, califiqué a uno como un realista y al otro como más aspirante, según mi reducido discernimiento. Lo que escuché fue lo siguiente:

- “Che, ¿y al final por quién pensás votar en octubre próximo? le dijo uno de ellos.

(Realista).- En verdad no es una pregunta fácil, pero yo estoy marcado por la evolución de mi familia y la mía. La situación no es ideal, pero en los últimos ocho años mi situación ha mejorado, tengo un buen empleo en una empresa que se ha consolidado, con una obra social que cumple y la perspectiva de una jubilación que mejorará el promedio de los jubilados de hoy, según parece. Mi mujer también trabaja, en la Municipalidad, con un horario de seis horas, y un trabajo de oficina, que le permite atender las tareas de la casa, con mi colaboración naturalmente. Yo hago las compras del mercado, y pago las cuentas. Nuestros dos hijos ya son grandes, han terminado el secundario y tienen sus ingresos, en trabajos en negro, que le permiten desenvolverse, sin aportar nada a la casa naturalmente. Miro hacia atrás y no me puedo olvidar del año 2002, cuando la pasamos muy mal.

(Aspirante).- Todo lo que decís es cierto, pero yo me pregunto si uno debe decidirse en política por agradecimiento hacia el pasado, incluido el presente, o si debe pensar en el futuro. Además están las cosas que claramente no van bien, como la inflación, seguridad, y el de las drogas, que cada vez se vuelve más amenazante. México es el peor espejo. Además hay demasiados pobres e indigentes, que no tienen independencia para votar. Por suerte vos sí la tenés.

(Realista).- Si, la seguridad es una constante preocupación. A mi nivel lo que preocupa es la delincuencia común no tanto la corrupción, aunque esta crea un clima que al final lo permite todo.

(Aspirante).- Yo me resisto a resignarme al presente, tal como lo conocemos. Porque lo que la vida te enseña es que todo puede superarse y en nuestro país, se ha superado efectivamente, en otras épocas. Pero para ello, la primera condición es no resignarse a la realidad, aunque haya mejorado.

(Realista).- Sin embargo no podemos dejar de ver los hechos como se dieron en la Argentina donde poderosos intereses se han llevado todo lo que han podido o han repartido lo menos posible.

(Aspirante)- Pero también es cierto que otros pueblos muy parecidos a nosotros, como los españoles, que hace cincuenta años eran más pobres que los argentinos, hoy no obstante lo que les pasa, son cuatro veces más ricos que nosotros. No creo que allí sus empresas sean más generosas que las nuestras.

(Realista).- Bueno, pero entonces ¿qué pensás vos?

(Aspirante).- Mira yo creo que los argentinos deben poder tener altos salarios, estabilidad de precios, vivienda propia, mejores transportes, mayor seguridad, mejores colegios, mejor atención a la salud, en fin lo que tienen los países que se llaman desarrollados, sencillamente porque nuestro país es rico, y porque nosotros estamos dispuestos a trabajar, es decir no esperamos que las cosas nos caigan de arriba.

(Realista).- Sí, pero ¿cómo salir de los sueños a la realidad?

(Aspirante).- Mira en mi opinión a nosotros, el pueblo, nos corresponde decir lo que queremos y a los dirigentes saber cómo se logra. Si vos te resignas a lo que tenés no vas a salir de esta situación pobretona que no termina de satisfacerte.

(Realista).- ¿Y entonces qué hacemos?

(Aspirante).- Primero debemos proclamar que queremos ganar el doble de lo que ganamos y en pocos años más, sin inflación. La cuestión fundamental es el trabajo y el salario, la estabilidad, la seguridad y la concordia. Y al que proponga el mejor plan, con la mayor seriedad, lo votamos en octubre”.

Yo me tuve que ir porque tenía una cita con el médico, y no pude saber cómo siguió el diálogo. Pero había escuchado lo suficiente para saber cómo votar en octubre.

Martínez, 1º de julio de 2011.