Pubertad, juventud, madurez ayer y hoy Tiene cincuenta y tres años, es mi hijo, y estamos hablando del hoy, de la realidad que le preocupa; de la indefensión y del no encuentro de trabajo del hoy; de sus problemas como padre y esposo; y de la falta de

Pubertad, juventud, madurez ayer y hoy

Tiene cincuenta y tres años, es mi hijo, y estamos hablando del hoy, de la realidad que le preocupa; de la indefensión y del no encuentro de trabajo del hoy; de sus problemas como padre y esposo; y de la falta de horizontes para muchos que como él, tienen hijos y esposa y en cuya familia sólo trabaja él; y gracias a su progenitor que le puso “en el oficio”, en que se buscaría la vida; puesto que aún con carrera universitaria superior; no llegó a ejercerla (dirige y dirige bien, la empresa familiar). Ahora mismo en España, hay convocatoria de puestos de trabajo como enfermeros, en la medicina oficial; y aunque se presentan oposiciones para miles de ellos, pero por cada plaza hay seis o más opositores, de ambos sexos; y que luchan “con todos sus medios”, para optar al puesto, sea donde sea; pero como se cobra seguro, de ahí el empeño, en esta “soledad actual y donde un puesto de trabajo, en España, es algo así como el que descubriera una mina de valioso mineral”. El único empleo que crea el sistema actual, es el oficial o político, lo que al final termina por ser una carga insostenible.
¿Qué ha ocurrido lleva ya muchísimos años, y que ocurre hoy mismo cuya situación es mucho más grave? ¿Dónde está el progreso del que tanto nos hablan los inútiles que dicen gobernarnos? ¿Para qué ha servido tantísimo avance tecnológico? ¿Para dejar sin empleo y sin oficio a gran parte de la humanidad? ¿Para dejar en la mejor edad de la vida a multitudes ya acabadas, o sin horizontes; y para que se entretengan en consumir drogas de todo tipo, o ilusiones deportivas o de ídolos de barro, tocando mal un instrumento y gritando como monos salvajes, a unas multitudes igualmente desorientadas y que acuden como las hormigas de la selva, pero sin meta alguna, salvo el aturdirse en esos para mí, inhumanos hormigueros de desorientados, cuando no desesperados y ya muchos de ellos, hartos de vivir, sin haber empezado una vida y menos formado una familia humana? Sí, dónde está el progreso… ¡¡QUE ME LOS EXPLIQUEN YO NO LO VEO EN ABSOLUTO!!
En España han nacido las universidades, “como setas en el bosque”; las escuelas especializadas en ni se sabe qué y para qué; en “master”, que tampoco les sirven en mayoría de los que acuden a tan pomposa novedad; y así, aquí se llegan a dar títulos que casi llegan a los de “atador de manojillos de ceniza, criador de gamusinos, o cuidador del rabo del diablo”; amén de miles y miles de más serios o útiles según la universidad o centro que los emite; pero que en nada sirve al que los recibe y que incluso ha tenido, que pagar substanciosas cantidades por, “un simple papel acartonado”, que no le sirve en absoluto para encontrar trabajo aplicatorio al tal.
-Mira y escucha hijo mío; yo ya creo firmemente que en mi época y dentro de todas las miserias o penurias que quieras; los niños y niñas al llegar a la pubertad y muchos antes (como yo mismo) pudimos entrar “en un oficio”, aprenderlo a base de no muy buenos tratos, y “alguno que otro pescozón”; pero ya dentro del mismo, se aprendía, se vegetaba si quieres; se aguantaba al jefe y a los empleados superiores; pero al final, “el que valía, valía y terminaba aprendiendo un oficio” (que al Estado no le costaba nada) y muchos, de ellos, luego intentaban independizarse y lo lograban; estableciendo su propio oficio como jefe y con subalternos; y así surgían los verdaderos profesionales de múltiples oficios, que se han perdido; que se han abandonado, puesto que al morir, “los últimos maestros” (que había miles y miles) se perdió el oficio; hoy no hay carpinteros, fontaneros, ebanistas, zapateros, albañiles, y cientos de más oficios que había tanto para el hombre como para la mujer… Pero ya incluso en los últimos tiempos de Franco, “el padrastro (que no padre) Estado”, empezó a apropiarse de toda la enseñanza, quizá con toda la buena voluntad, pero la verdad es que acabó con toda la pléyade de oficios que mantenía el hombre y la mujer”; luego la tecnología y todo lo que vino después, así como la terrible “burrocracia” que se ha instalado, ha terminado por acabar con todo; y han terminado, por crear esta situación que no tiene solución, o no saben; o no quieren buscarla, puesto que intentos no los veo por ningún lado, por lo tanto “el cáncer va a seguir creciendo cada vez más”.
Pero lo que si te digo, es, que yo mismo, e infinidad de hombres y mujeres; empezaron, “agarrados a un clavo ardiendo” (como dice el dicho popular en esos casos extremos en que para caminar has de agarrarte a cosa así); y que simplemente, con “la inteligencia que nos dio la Madre Naturaleza”, constancia inquebrantable, ahorro de igual calidad y caminando en la mejor universidad, que es la de la propia vida y sus infinitos obstáculos; llegamos no solo a las metas fijadas modestamente, sino que las superamos con creces; y de ello sabes tú y tus hermanas, lo suficiente como para confirmarlo… como yo sé, que no fui una excepción, puesto que muchísimos hombres y mujeres de esta tierra, lo hicieron y algunos lo siguen haciendo; ya que en este mundo… “nadie da nada por nada”; si acaso, sólo el padre y la madre.
Así es que en lo que a ti y tus hermanas afecta (y el que quiera seguir iguales y duros caminos) sólo hay que agarrarse a estos tres pilares… “piensa, trabaja y camina”; yo no he encontrado otros; y moriré bastante conforme y satisfecho, siendo “analfabeto oficial del miserable reino de España, que no me enseñó ni a escribir y menos leer, comprendiendo la lectura”; así es que estatalmente, me río a mandíbula batiente, y mucho más de los políticos que con mi trabajo, he mantenido.

Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
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