De cómo se suicida una sociedad de cobardes

El observador de la Madre Naturaleza encuentra a poco que se fije, la lucha constante por la continuidad de la especie; y ello ocurre en cualquier manifestación de la vida, sea vegetal o animal, incluso con más fuerza aún en los seres más pequeños o microbianos; todos tienen recursos más que suficientes para que la especie no se extinga; en especial los insectos, cuya presencia en nuestro planeta data de muchísimos millones de años antes de que llegara el hombre; pero llegamos “nosotros” y durante muchos millones de años fuimos (“o fueron”) unos animales o bichos similares a los que aquí había y mucho antes de que La Biblia predicara aquello de “creced y multiplicaos”; ya lo practicaban aquellos homínidos y lo han seguido practicando hasta “ayer mismo”; pero vino el progreso y con tanto progreso, llegó el control de la natalidad y se impuso el… “jodamos pero no engendremos”; y ya y por ejemplo; en el muy progresista Japón, hoy se venden muchísimos más pañales que emplean viejos y viejas ya enfermos o decrépitos; que los bebés nipones, puesto que de los primeros ya sobran (“lo dijo incluso un primer ministro”) y de los segundos, es que ya no llegan para renovar la población de forma óptima; no sé si allí y al igual que se recetan o venden los anticonceptivos, va a llegar un momento en que tendrán que recetar “la píldora de cianuro”, para nivelar población excedentaria; cosa que por otra parte, “hasta ayer mismo” hacían “sus vecinos del Norte” (los esquimales) que al llegar a cierta edad, a los ya muy viejos e inútiles para los duros trabajos de aquellas gentes, y con el beneplácito de los destinados a tal fin, eran “confiados al frío o a los siempre hambrientos osos polares”, para que a través de ellos llegasen más pronto a sus dioses o paraísos divinos. “Lo vimos palpablemente en la famosa película de Anthony Quinn, “Los dientes del diablo”; rodada en 1960 y considerada como de las mejores del mundo.
Estos días he leído lo que sigue y que indudablemente hace pensar en la realidad que hoy vivimos en el “rico Occidente”: "La historia económica enseña que sin crecimiento demográfico no existe prosperidad, y quien esto ignore es rematadamente inculto".
Contra ello se puede argüir el que “con la súper población vienen otros problemas no menos preocupantes”, por lo que en el término medio debe encontrarse el equilibrio o virtud, pero… ¿quién o cómo se equilibra todo ello?
¿Cómo se encuentra España hoy mismo…? Por mi parte y en mi libro “Pensando en… Andalucía” (1986) fue publicado un largo poema titulado “HOMBRE Y MUJER”, que escribí el 12 de Julio 1977, hace por tanto casi cuarenta años y ya en una de sus estrofas yo escribí cosas así: “¡Todos huimos! Nos da miedo nuestra realidad, nuestra miserable realidad. El hombre… la mujer, dice que va a hacer, dice que va a efectuar, pero lo que va es huyendo, el uno no quiere engendrar, la otra no quiere parir… nos da miedo… nuestra propia responsabilidad. Y con la comodidad excesiva se destruye al individuo, y con él se destruye… la familia desaparece el hogar. Por eso… ¡vuelve mujer! Tú eres el cimiento… tú eres el pilar… tú eres lo primero… pero dentro del hogar”.
El poema es muy largo y se dicen muchas cosas más; no pretendo vender libros, puesto que aquella edición (costeada por mí) se agotó y no hay quién tenga interés hoy en reeditar un libro de poemas; pero en librerías de viejo, algunos ejemplares quedan, si a alguien interesan ya saben; “yo estoy ya demasiado quemado para ni siquiera pensar en editar a mi costa alguno de mis libros editados o sin editar”; para mí ya no merece la pena. Mis ilusiones como escritor están acabándose.
Recientemente se ha celebrado un congreso internacional en Madrid; El tema ya preocupa en gran parte de Europa; les dejo dirección por si quieren ver algo sobre ello: ¿Va a ser increíble! Si te preocupa el futuro de España, probablemente este viernes se apunten soluciones. En el I Foro Demográfico participarán los mejores expertos demógrafos de España y de Europa. [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] De cualquier forma a los políticos no les importa el tema y ellos van siempre a lo suyo… a trincar. De importarles ya hace muchos años que debieran haber arbitrado ayudas a la natalidad, pero AYUDAS NO LIMOSNAS. Y en lo que a mí respecta, yo dejo tres hijos y siete nietos, por lo que creo haber cumplido aquel mensaje de… “creced y multiplicaos”: Amén.

Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
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