Con lluvias torrenciales y desborde de ríos en los estados brasileños de Alagoas y Pernambuco, en la región nordeste, causaron al menos 41 muertos y cientos de desaparecidos, en tanto el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, anunció una ayuda equivalente a 56 millones de dólares.

"Más de mil personas están desaparecidas; rezamos para que estén con vida (y) estamos preocupados porque hay cadáveres que comienzan a aparecer en las playas y en los ríos", afirmó el gobernador de Alagoas, Teotonio Vilela Filho, según citó la agencia italiana ANSA.

Si bien existen datos claros sobre el número de muertos (29 en Alagoas y 12 en Pernambuco), la cifra de desaparecidos se estima entre 600 y 1.000, pero es imposible precisarla con certeza, indicaron los voceros de Defensa Civil.

Comenzaron en la tarde de ayer las tareas de búsqueda de los cientos de desaparecidos.

El número de afectados es de 180.000, indicaron voceros de la Defensa Civil a la AFP.

La policía y los bomberos comenzaron la búsqueda en el valle del río Mundaú, en Alagoas, y contarán con perros adiestrados. Militares de Río de Janeiro, Sao Paulo y Sergipe también colaboran en los trabajos.

Las autoridades habían anunciado la instalación de dos hospitales de campaña, en los poblados de Santana do Mundaú y Jacuípe, pero debido a la crítica situación que se vive en Branquinha hubo un cambio de planes y uno de ellos se montará en esta localidad alagoana. La segunda unidad de asistencia todavía no tiene un lugar para su instalación.

Desde el lunes se entregan canastas alimentarias y de medicamentos en varias localidades, pero el traslado de la ayuda es muy dificultoso porque muchas poblaciones se encuentran aisladas, y sólo se puede llegar por aire.

En Pernambuco más de 243.000 toneladas de donativos ya fueron distribuidas entre los 54 municipios afectados, informó la Defensa Civil local.

El presidente Lula da Silva anunció una ayuda equivalente a 56 millones de dólares para asistir a las víctimas de la catástrofe ambiental, tras una reunión con Vilela y el gobernador de Pernambuco, Eduardo Campos, informó la agencia alemana DPA.

Por su parte, el ministro de Defensa de Brasil, Nelson Jobim, anunció un viaje por las zonas afectadas con el objetivo de relevar los daños e incrementar el despliegue de militares en la región del siniestro, donde ya fueron destacados 200 efectivos.

Jobin contó que fue montado "un hospital de campaña" que arribó con un avión de la Fuerza Aérea Brasileña con 25 toneladas de víveres y medicamentos a la región en la que torrentes de agua arrasaron puentes e inundaron varias ciudades.

Según climatólogos brasileños, el aumento de precipitaciones se debe al calentamiento no habitual del agua del mar, que produce incremento en la evaporación, y vientos cálidos que estacionan las nubes sobre esa región costera del Atlántico. (AFP, DPA)