EL DEPORTE NO ES DEPORTE… YA ES UNA PLAGA

Dudo que la inmensa mayoría de “forofos deportivos” tengan idea o nociones de el porqué del deporte y sus orígenes; puesto que fueron los sabios griegos los que lo pensaron y fundaron, precisamente para “eliminar la animalidad del hombre” y que en aquellos ejercicios físicos, calmara su innata violencia reglando su conducta para saber ganar o perder, sin más contratiempos posteriores; puesto que en principio no intervenía el dinero y los trofeos eran simples “coronas de ramitas de olivo”, como árbol sagrado concedido a los griegos por la diosa de la sabiduría (Atenea); después de las competiciones, cada “atleta” volvía a su oficio principal y del que normalmente vivía su vida cotidiana (panadero, carpintero, herrero, pastor, etc.).
Cuando se instituyeron “Las Olimpiadas”; fue incluso establecido el que mientras estas se celebrasen, había que establecer hasta treguas en las guerras, por tanto esos días, hasta los ejércitos guardaban sus armas. ¿Qué quedó de todo ello? Nada.
Ya entonces las aglomeraciones para ciertos actos, no debían ser muy edificantes o limpias, puesto que un día preguntaron a Diógenes, que regresaba de unas olimpiadas, lo siguiente… ¿Diógenes… hubo mucha gente? Y el sabio se limitó a dar la siguiente y lacónica respuesta… “Sí… gente mucha… hombres pocos?
Después ya los romanos de alguna manera “comercializaron” todo ello y es en su imperio, cuando empiezan a aparecer “las figuras”, algunas de las cuales y como hoy, lograron grandes famas y también grandes fortunas; sobre todo en las carreras de cuadrigas y en las luchas de gladiadores; en las que “muchas damas de alta cuna o de baja cama, les ofrecían sus cuerpos tirándoles las bragas, si es que entonces se usaba esa prenda”; y al igual que hoy, el público (mucho más la plebe) se enfebrecía y se enfrentaba violentamente en defensa de su figura o equipo; o sea como hoy.
Los políticos y al igual que hoy hacen, generalmente fomentaban todo ello, puesto que lo que les interesaba era tener entretenida a la masa, con lo que luego se denominó “pan y circo”; por lo que dedicaban grandes presupuestos para mantener todos estos tinglados, de los que si se desprendían algunos muertos o muchos heridos, todo ello era aceptado como un mal menor “para la buena marcha” de los patricios que como siempre, han sido y son, los que “ordeñan” al pueblo en beneficio propio; por lo que sus escrúpulos eran inapreciables; hoy se limitan a hacer declaraciones con “algunas lágrimas de cocodrilo” y poco más; sigue interesando el río revuelto y el moderno pan y circo, hoy muchísimo más abundante que entonces; puesto que para cada uno “de los deportes de entonces”, hoy hay cientos y al final, todos se llenan de fanáticos, de ídolos y de dioses.
Pero no es sólo lo que vemos cuando surgen las tragedias; la tragedia mayor es “la educación de los que van naciendo y entran en esa selva podrida”; o sea los nuevos niños o jóvenes; ya que muchos de ellos (incluso animados por sus padres) emprenden el camino del… “deporte, la fama y el dinero en cantidad”, ya que todos o casi todos, ya están inoculados por todo ello y en su yo interior piensan, que… ¿Por qué no el niño o la niña pueden ser la figura que soñamos? Camino que debe ser horrible, para todo aquel que consume los mejores años de toda su vida, en un… “quiero y no puedo”, para terminar en una frustración que no quiero pensar los dolores y sufrimientos psíquicos que amargarán la vida de los que a estos estados llegan (“que serán millones y millones”) y ya no hay marcha atrás, puesto que muchos de ellos, encegados con “los deportes”, ni terminaron estudios, ni aprendieron oficio alguno al que acudir para vivir honestamente, lo que será la gran tragedia a soportar.
Estoy escribiendo dos días después, en que unos doscientos “energúmenos” (para mi pobres desgraciados) enfebrecidos por el ardor y fanatismos inexplicables por sus dioses (equipos de futbol del Atlético de Madrid y de La Coruña) se citan a orillas del río Manzanares, junto al campo de fútbol del equipo madrileño, y se lanzan a una batalla campal (para lo que ya vienen armados) y de la que resulta un muerto y alguno casi, amén de ni sé cuantas docenas de heridos de mayor o menor gravedad; de paso han destrozado todo lo que de mobiliario han encontrado en tan salvaje enfrentamiento; al que ni acudió la policía, aludiendo que “no tenían noticias”; después cada cual “toca su pito” y a casa… los detenidos, en vez de llevarlos “a una cantera o campo de trabajos forzados y entregarles un pico y una pala, para que en unos cuantos meses de duro ejercicio, calmen sus instintos guerreros”, los dejan libres y hasta otra.
Pero para confirmar cuanto arriba digo; resulta que en un pueblo de mi propia provincia, el mismo día, ocurre lo siguiente y también relativo a “la plaga del fútbol”… “Un partido de juveniles en Andújar acaba en trifulca y con un jugador en el hospital… Un jugador del Úbeda Viva perdió cuatro dientes y sufre lesiones en la mandíbula. El partido se suspendió tras la expulsión de ocho jugadores implicados en la pelea” (Son los titulares que en primera plana publica el periódico ).
Ahora dejemos suelta la imaginación e imaginemos todo lo que a lo largo y ancho del mundo, ocurriera en sólo ese día… ¿esto es deporte? Tururuúúúúúú.

Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
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