Descentralizar y crear una loca dispersión La gran ciudad, es atractiva para muchos y por cuanto, como “la gran Babel, o la Sodoma y Gomorra bíblicas”; debieron ser, desde contener los mejores médicos y centros de diversión, pasando por los mejores rest

Descentralizar y crear una loca dispersión

La gran ciudad, es atractiva para muchos y por cuanto, como “la gran Babel, o la Sodoma y Gomorra bíblicas”; debieron ser, desde contener los mejores médicos y centros de diversión, pasando por los mejores restaurantes de la época, hasta los más selectos núcleos de prostitución y degeneración del mundo de su tiempo”; cosa que en cierto modo, ha seguido en las monstruosas, “megalópolis” actuales, donde anida desde la máxima ostentación y lujos, hasta la miseria más miserable; aumentado ello con la delincuencia más inextinguible; lo que filosóficamente, las convierte en una temible, “selva o manigua”, humanas, donde y en general, “casi todos sus habitantes lo que quieren es huir de ellas”; pero como “están encadenados a las mismas”, no pueden hacerlo; lo que sustituyen, con esas salidas “volcánicas”, de fines de semana, puentes, o fiestas vacacionales; o sustitutos de estas… “Y eso no tiene arreglo”. Consecuencia palpable hoy en día, es la contrapartida, o “lo contrario”; o sea; la despoblación del resto del país, lo que en España, ya se denomina, “la España despoblada, que existe, o abandonada a sus miserias de soledades diversas”.

Pero a nuestro actual e indeseable gobierno; nutrido de mercenarios de ambos sexos y anexos, pero faltos del caletre necesario para tan “enormes mandos”; se les ocurre y encabezado por el “premier de ellos”; el descentrar los centros de poder “nacional”, del actual Madrid y trasladar, “los que tenga en su reducido cerebro”, a no sabemos dónde y para qué y el porqué de ello.

Bueno el “por qué”, sí que queda claro para mí; y es sencillo de entender. O sea, que como no han encontrado forma de apoderarse del poder regional que representa hoy la “capital nacional”; lo que quieren es desmembrarla a costa de lo que sea, para debilitarla al máximo y tratar de lo que en términos militares, es… “cercarla, someterla a sitio, cortarle todo tipo de abastecimientos y rendirla por el hambre y muerte dineraria”; o sea, como si pensasen en gobernar, un siglo o más, puesto que el “hoy Madrid”, tiene recursos para “dar y tomar”, ya que al final es el núcleo de poder más sólido y que la civilización actual permite; ya que el dinero fluye a Madrid en cantidades inmensas y, como siempre, “el verdadero poder es el dinero”.

¿Por qué llegan esos ríos de dinero a Madrid? Pues sencillo, porque aparte de todos los centros del poder político nacional, allí residen todos o casi todos los centros más importantes del dinero, “nacional, junto a las sucursales del dinero internacional”; y “esos castillos”, para la política sea la que sea, “son inexpugnables”; por tanto el idiota gobierno actual, pierde el tiempo y ya sigue pataleando, en el poco tiempo que (supongo) le queda para, “irse a dónde cada cual puede imaginar”.

Por otra parte esa descentralización, imagino sería, el situar “ciertos e importantes centros políticos nacionales”, en las por otra parte, inútiles y “carísimas” autonomías (“o autonosuyas como muy bien las definió el inteligente Vizcaíno Casas”) que ya sus muy “lúcidos” mandamases, se relamen de gusto, puesto que piensan en el mayor ingreso de dinero, y donde hay mucho, “hay muchas posibilidades de pillar parte del mismo y hacer con él, lo que vienen haciendo en mayoría, de ilustres autonómicos”.

Por todo ello y dispuestos a realizar el “nuevo estropicio nacional”, en el que habría, hasta “puñetazos o amenazas de todo tipo por los buitres que esperan la pitanza”; ya tenemos (imaginación en marcha) a esos centros repartidos, con la justicia o injusticia, con que se obra en España siempre; e imaginemos que tienes que “arreglar” unos papeles, que hay que arreglar hoy en Madrid… ¿Imagina si ellos, los tiene que arreglar, en La Coruña, Oviedo, Pamplona, Zaragoza, Barcelona, Mallorca, Gran Canaria, Tenerife, o Badajoz? ¿Cómo lo solucionaría el ya hastiado súbdito o siervo español, al que ya sólo nos va quedando, el que nos cobren por el oxígeno que respiramos y que la Naturaleza nos lo suministra gratuitamente? ¿Y los posibles miles y miles de empleados o enchufados a esos organismos o centros de poder? ¿Obligarlos a trasladarse a sus “nuevos lares”? ¿Eso sería posible… y cuánto nos costaría? ¿Y la preparación y acondicionamiento de las nuevas sedes?

Sí, de risa, pero a mandíbula batiente; puesto que llorar ya he dicho y escrito hace tiempo; que, eso queda, “sólo para los idiotas”.

Qué razón tuvo aquel viejo y manco “Don Miguel, cuando le hace decir a su Quijote, dirigiéndose a su escudero… Cosas veredes Sancho”. ¡Qué sentencia Dios mío y qué inteligencia, la de aquel que muere pobre y olvidado, y al que se resucita gracia a una alta dama de la realeza inglesa; la que admirada de ello, manda con su dinero, investigar sobre aquel español, y saber quién era e igualmente, conocer toda su obra! Son cosas que ocurren en esa, “españa miserable”, que siempre acaba con el resto de la inteligencia nacional, que la hace huir; o la mata y acaba con ella. Es por lo que la que hay hoy, está por ahí en el extranjero… “buscándose sus garbanzos”; ya que aquí no encontraron donde, “desarrollar sus saberes”. ¿Progreso? “mejor no escribo lo que ahora mismo pasa por mi caletre”.

Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
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